Nos referimos a infertilidad femenina cuando no surge el embarazo de forma natural después de 10 meses de vida sexual activa. No hay que confundirlo con la esterilidad, que es el problema físico que imposibilita el embarazo, por ejemplo por atrofia o ausencia del sistema reproductivo o por anovulación (no-ovulación).
Es muy común hoy en día que se trate de una infertilidad “idopática”, lo que quiere decir que la medicina alopática (medicina “moderna”) no sabe por qué surge ni cómo tratar si no es recurriendo a las técnicas de reproducción asistida (quizá también por ser lo más rentable para la comunidad médico-farmaceutica).
Una de las principales causas de la baja tasa de la fertilidad sin duda se debe a problemas económicos y a una sociedad que resta importancia a la natalidad, sin ofrecer ayudas y casi
castigando a la mujer que decide ser madre, por lo que es habitual que la mujer decida ser madre pasados los 30 años, incluso los 35, sin tener en cuenta que la fertilidad cae en picado hasta un 40% pasados los 30 años o pensando que las técnicas de reproducción asistida podrán sustituir nuestra naturaleza, cuando en realidad solo tienen éxito en un 30% de los casos y muchas veces cobrándose un alto precio físico y psicológico además del económico.
Pero independientemente de los problemas de una sociedad que parece luchar en contra de la natalidad, vamos a centrarnos en los problemas de salud más comunes que alteran la fertilidad femenina.
- Estrés: un estrés crónico, adaptado o continuado suele ser la causa principal de infertilidad femenina ya que literalmente agota las glándulas suprarrenales, encargadas de segregar las llamadas “hormonas del estrés” (cortisol y adrenalina) y también las hormonas sexuales que sufren desequilibrios severos a causa del estrés.
- Obesidad: la obesidad afecta negativamente a la fertilidad de muchas formas diferentes, ya que produce agotamiento del hígado que interviene en el correcto equilibrio hormonal, exceso de insulina en sangre que se relaciona con el síndrome de ovarios poliquísticos, diabetes que se relaciona con problemas ovulatorios y almacenes de grasa abdominal que físicamente interfieren con la correcta anidación del óvulo fecundado.
- Heridas o cicatrices uterinas: cuando se extirpa algún quiste o mioma uterino la intervención suele dejar una pequeña cicatriz que puede tardar demasiado en desaparecer, o incluso no desaparecer nunca. Esta pequeña cicatriz puede imposibilitar la anidación del óvulo fecundado en el útero provocando “microabortos”. Por eso mismo hay que valorar muy bien si es necesario o no extirpar ese quiste uterino, ya que en muchos casos desaparece al poco tiempo siguiendo algunas recomendaciones sencillas, sin necesidad de una intervención.
- Desequilibrio hormonal, Hiperestrogenia:El aumento de estrógenos suele producir ovarios poliquísticos, y esto produce dificultad para la correcta ovulación. Además el exceso de estrógenos produce una disminución de la progesterona, indispensable para una correcta “anidación” del óvulo fecundado en el útero.
- Hipotiroidismo: la falta de hormona tiroidea provoca irregularidades en el ciclo menstrual e incluso la falta de ovulación (incluso existiendo menstruación).
- Desnutrición: muchas mujeres sufren desnutrición sin ser consciente de ello, y es que si entendemos desnutrición como falta de nutrientes, es más común de lo que pensamos. La falta de vitamina B, D o C, de proteínas (aminoácidos esenciales), de Omega-3, de magnesio, yodo, selenio o zinc puede causar problemas de fecundación o de anidación (microabortos).
- Toxicidad y Estreñimiento: el estreñimiento habitual produce intoxicación en el organismo y esta intoxicación problemas hepáticos y disfunciones hormonales. Además el estreñimiento grave, puede ser causa de infertilidad ya que el intestino cae y presiona sobre los órganos reproductivos impidiendo físicamente que el embarazo llegue a término. Otras causas de toxicidad suele ser por metales pesados, por ejemplo el mercurio de los empastes o el aluminio procedente de las vacunas. También causan toxicidad evidente la contaminación ambiental y el exceso de pesticidas, fertilizantes y aditivos presentes en la comida.
- Problemas inmunes: cuando existe un desequilibrio inmune, por ejemplo con un sistema inmune demasiado sensible o excitado, esto puede dar lugar a pequeños abortos o micorabortos, ya que el organismo puede considerar como amenaza la carga genética extraña del óvulo fecundado.
A pesar de todos estos factores que entorpecen la fertilidad, la vida sigue abriéndose camino cada día porque nuestro organismo está diseñado para adaptarse y regenerarse ante cualquier circunstancia. Con un poco de ayuda, sentido común y respeto por nuestra naturaleza es posible recuperar el equilibrio desde la salud en la mayoría de los casos, sin tener que recurrir a la sobrecarga de ciertas técnicas reproductivas artificiales, que resultan excesivamente agresivas, innecesarias e inútiles en muchos casos.
Si te interesa un estudio personalizado de tu problema desde el punto de vista de la naturopatía puedes realizarme una consulta: www.tunaturopata.esQuizá tengas un desequilibrio hormonal o inmune leve, un déficit de nutrientes o algún otro problema que podemos desgranar e intentar corregir con tu determinación y mi ayuda; en cualquier caso, creo que merece la pena intentar recuperar la salud y el equilibrio antes que recurrir a costosos tratamientos que aumentan el desequilibrio, suman otros problemas de salud y tienen una tasa de éxito muy baja. Elena Cibrián |