La soja es una legumbre que pertenece a la familia de las Papilonáceas, crece en zonas templadas del planeta y sus cultivos se encuentran muy extendidos en Asia, especialmente en China, Estados Unidos, Argentina, Brasil y Canadá. Llegó a Europa y al continente americano en el S. XVIII.
Es originaria del norte y el centro de China donde alrededor del año 3000 A.C. se le consideró una de las 5 semillas sagradas como el arroz, el trigo, la cebada y el mijo. Los chinos atribuyeron su descubrimiento al emperador Sheng- Nung, al cual también se le atribuía la invención de la agricultura y la medicina.
Los japoneses tras la guerra Chino- Japonesa (1894- 1895) entraron en contacto con esta legumbre y comenzaron a importar tortas de aceite de soja con fines fertilizantes. La idea que se extendió por el país era: “el que tiene soja posee carne, leche y huevo”.
La soja es un alimento muy aclamado en la actualidad por sus altos aportes nutritivos lo que ha derivado en la aparición de distintos productos que la contienen en mayor o menor proporción.
Esta leguminosa tiene un alto contenido de proteínas, 37% aproximadamente, más o menos 2 o 3 veces más que la carne; 23,5% de lípidos, la misma cantidad de hidratos de carbono y un 12% de fibra. Su alto contenido en proteínas la hace recomendable para dietas vegetarianas ya que ayudan a cubrir las necesidades de aminoácidos.
La soja aporta todos los aminoácidos esenciales, vitaminas A, D, E y minerales como potasio, fósforo, calcio, magnesio e hierro. Por si fuera poco, además tiene un alto contenido en ácidos grasos esenciales que no produce el cuerpo humano por si sólo, como el Omega 3 y 6. Otra propiedad llamativa es que contiene tocoferoles que son antioxidantes naturales con funciones similares a las de la vitamina E.
- Se han hecho diversos estudios sobre la soja y sus beneficios para la salud que han dado lugar a una gran controversia con respecto a la soja, ya que existen profesionales de la salud que lo consideran un aliado contra el cancer de mama, próstata, colon, ovarios y endometrio y otros profesionales y entidades que recomiendan evitar el consumo de soja precisamente si se sufre o se ha sufrico cancer de mama por ejemplo, ya que la soja tiene un alto componente estrogénico sobre el que aún no existe una unidad de opiniones.
Se han realizado distintos estudios entre la población oriental de los que se deduce que son menos propensos a sufrir cáncer que la población occidental. Una de las razones que se barajan es que en los países orientales se ingiere mucha más cantidad de proteína vegetal que es países occidentales.
Son muchos los beneficios citados, pero, ¿es recomendable tomar alguna precaución?.
Incluir la soja en nuestra alimentación es seguro tanto para niños como para adultos aunque se debe evitar su consumo en aquellas personas que sufran de gota por exceso de ácido úrico debido a su alto contenido en purinas.
El Organismo estadounidense para el Control de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha comenzado a permitir a los productores de alimentos que contengan al menos 6,25 mg de proteina de soja por ración incluir el siguiente texto: “25 mg de proteína de soja al día, incluídas en una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, pueden disminuir el riesgo de sufrir transtornos cardíacos”.
A parte de la soja en su estado natural sus beneficios se pueden encontrar en diversos derivados, entre ellos destacan la harina de soja, muy rica en proteínas; el aceite, que es una buena fuente de grasas poliinsaturadas; la lecitina, para controlar el colesterol; la bebida de soja que no contiene lactosa ni colesterol y aporta menos calorías al organismo, se usa como sustituto de la leche de vaca en caso de alergia o intolerancia a la lactosa por su alto aporte de calcio.
Una recomendación importante que se debe hacer sobre su consumo es que la mayoría de la soja que se comercializa es soja transgénica (modificada genéticamente), por lo que sería óptimo el consumo de soja ecológica que nos asegure un aporte real de todas sus propiedades.