Existió un tiempo en el que la observación y respeto de nuestro entorno nos proporcionaba casi todo lo que necesitábamos para vivir: salud, armonía, serenidad y equilibrio natural…. Hoy en día la investigación y la ciencia además nos permite conocer y disfrutar de todo el potencial de naturaleza, con mucha más certeza y conociendo además las precauciones y salvedades.
Apuesta por la salud: Prevención y medicina natural
Desde nuestro conocimiento y experiencia en naturopatía, nutrición y medicina holística os queremos proponer un cambio sanitario a nivel personal: el cambio consiste en preocuparnos por la salud, en vez de por la enfermedad.
Si observamos nuestra conducta social, podemos darnos cuenta fácilmente de que estamos más preocupados por las diferentes enfermedades que nos acechan que por mantener la salud, y este “descuido” de la salud confiando casi a ciegas en un sistema sanitario y farmacéutico que muchas veces resulta ineficaz e inapropiado, es precisamente lo que nos enferma.
Para proteger nuestra salud, debemos escuchar las señales de nuestro cuerpo con el fin de ayudarlo a mantenerse fuerte, previniendo así las posibles enfermedades. Esto que parece tan obvio y lógico, rara vez lo practicamos, y es que nos olvidamos de que la mejor medicina, la más infalible y más barata es la prevención.
En muchas ocasiones anhelamos sustancias casi milagrosas que nos ayuden a combatir la intoxicación, el sobrepeso, el exceso de colesterol, pulmones contaminados por el tabaco, hígados sobrecargados por el alcohol o dietas grasas, hipertensión, estrés, etc., de hecho, los productos más vendidos en las farmacias son los antiácidos estomacales, las supuestas sustancias adelgazantes y los medicamentos para combatir la ansiedad o el estrés. ¿No sería más sencillo evitar todas estas dolencias apostando por una forma de vida más sana y una dieta más saludable?. Si, sin duda es más sencillo, más barato y más eficaz que cualquier medicamento por muy caro que resulte.
Algunos buenos hábitos que te evitarán visitas al médico y te harán ahorrar fármacos:
- Evita la sal refinada común (sal de mesa), prueba a sustituirla por sal del Himalaya o especias. Así evitarás problemas circulatorios y cardíacos, hipertensión, jaquecas, retención de líquidos...
- Evita el azúcar blanco refinado, prueba a sustituirlo por estevia, miel, panela o azúcar moreno integral. Así evitarás diabetes, sobrepeso, disfunciones hepáticas o pancreáticas, problemas dentales, acidez de la sangre, infecciones genito-urinarias (candidiasis)...
- No fumes: Si fumas, no conseguirás sustancias milagro que te depuren los pulmones, mejor es que inviertas tu dinero y esfuerzo en dejar de fumar, para lo que te recomendamos la ayuda de la hipnosis, la psicoterapia, el reiki o la acupuntura.
- No bebas alcohol: Si bebes alcohol en exceso o llevas una dieta grasa o principalmente carnívora, tu hígado se sobrecargará y perderá sus funciones rápidamente. Lamentablemente es muy complicado recuperar un hígado enfermo, y es un órgano vital irreemplazable. Cuida tu dieta, evita el alcohol y reduce el consumo de carne, así tendrás menos toxinas que depurar, tu hígado tendrá menos trabajo y mayor salud para mantener tu organismo fuerte y limpio.
- Procúrate serenidad. La serenidad es tan importante en nuestra vida que muchas veces supone la diferencia entre “sentirse bien” o “sentirse mal”. La mayoría de las veces nos sentimos mal porque nos sentimos asustados, agobiados o sobrepasados por las circunstancias. Con serenidad todas esas malas sensaciones pueden controlarse e incluso eliminarse por completo.
- Apuesta por una dieta baja en carne y rica en frescos y crudos: frutas, cereales integrales y verduras. Si tienes sobrepeso, diabetes, hipertensión... o simplemente quieres aprender a comer mejor, te recomendamos que inviertas en un nutricionista, antes que en medicamentos o dietas milagro. Nosotros te recomendamos seguir una dieta disociada que procura salud, evita enfermedades y alcanza el peso ideal para tu organismo.
- Escucha a tu cuerpo. Nuestro cuerpo nos suele mandar señales alertándonos acerca de lo que nos sienta mal o agrede a nuestro organismo o nuestra salud emocional; muchas veces solo tenemos que escuchar y atender a sus mensajes para evitar enfermedades, dolencias o sufrimiento.
- Cuida tu energía. La energía vital, chi, qi o como lo identifiquemos mejor, es fundamental para nuestra salud. Nuestro metabolismo es intercambio de energía al fin y al cabo, y un desequilibrio energético puede producir trastornos emocionales así como el mal funcionamiento de cualquiera de nuestros órganos o funciones.
- Apuesta por la medicina natural. La medicina natural de verdad, (no la medicina natural que nos venden las grandes indrustrias), es muy barata, eficaz, saludable e incluso creativa. Por ejemplo el aceite esencial puro de menta de cultivo ecológico cuesta aproximadamente 6€ y se puede utilizar para tratar jaquecas, piernas cansadas, congestión nasal, varices, hemorroides, golpes, mareos, e incluso para aromatizar postres o bebidas. Si tienes un aceite esencial puro en casa (savia bactericida, eucalipto mucolítico, lavanda calmante...), te durará mucho tiempo y podrás utilizarlo en para diferentes dolencias y usos. Lo mismo ocurre con muchas otras sustancias naturales, puras y sin refinar, que te harán la vida más sencilla, saludable y sin efectos secundarios:
- arcillas para golpes, dolores musculares o mascarillas de belleza
- propóleo, equinácea, semillas de pomelo o uña de gato para mejorar nuestro sistema inmunológico
- ajo para combatir infecciones
- zumo de limón para combatir alergias e infecciones
- vitamina C: jujube, acerola o jugo de naranja para prevenir resfriados
- antioxidantes para prevenir enfermedades o envejecimiento celular: pimientos, calabaza, arándanos, brócoli, aguacate, uva, algas, acai y granada.