¿Tenemos experiencia con perros?
Puede parecer un absurdo, pero no todo el mundo puede tener cualquier perro. Existen perros que se seleccionan y crían en función a unas aptitudes y actitudes muy concretas, pero que son obviadas por muchas personas que sólo se fijan en la “belleza” o en el perro que está de moda. Esto suele llevar a problemas de comportamiento, conductas inadecuadas, accidentes, etc. Aunque suele haber unas características más o menos estables en cada raza de perro, cada individuo es único y tendrá unas cualidades únicas. Algunas razas de perro, no son para nada adecuadas para gente primeriza en su tenencia. Debemos ser consecuentes con nuestras limitaciones. Y si sabemos que un tipo de perro suele tener un carácter fuerte o necesita una educación intensa, pero carecemos de la experiencia o conocimientos para poder guiar a nuestro futuro perro por “el buen camino”, será mejor que nos decidamos por un tipo de perro más acorde a nuestras capacidades. El haber tenido perro previamente, si bien no es una condición sine qua non para poder optar con garantías a ser el dueño de cualquier tipo o raza de perro, es una ventaja a priori. No obstante, habré escuchado decenas de veces, expresiones del tipo “No lo entiendo. ¡Si yo he tenido perros toda la vida y nunca había tenido este problema!”. Pero no cabe duda, que cuanta más experiencia hayamos tenido con perros, mejor.
¿Está toda la familia de acuerdo en incorporar un perro a la familia?
No hay que pasar por alto esta cuestión. Todos los miembros de la familia deben estar de acuerdo en adquirir un perro, porque todos deben colaborar y asumir su parte de responsabilidad en su manutención. No puede ser que alguien que no quiere tener perro, se vea obligada a ello por parte de su pareja y que encima, deba asumir responsabilidades que no ha elegido tener. Incluir un perro en la familia no debe ser una sorpresa. No debe ser un regalo inesperado de Navidad o cumpleaños. Es una decisión que hay que tomar en conjunto, detenidamente, contando con todos los miembros de la familia y sopesando las obligaciones que se deberán asumir desde el primer segundo en que un cachorro entre en el hogar. Esto, como es obvio, debe hacerse PREVIAMENTE a la adquisición del perro.