El melón es una de nuestras frutas más refrescantes y diuréticas. Tiene una gran concentración de agua (80% aprox.), minerales y vitaminas (A, B, C y D). Tiene un alto contenido en betacaroteno, que es antioxidante, antibacteriano y recientemente también se ha estudiado sus efectos anticancerígenos. Los betacarotenos son de color amarillo-naranja, por eso los melones más anaranjados tienen más contenido en betacaroteno, por lo tanto, más antioxidantes. También ayudan a la producción de melanina, por eso los alimentos con alto contenido en betacarotenos (anaranjados), ayudan a broncear la piel y a mantener el pelo con un color brillante.
Esta fruta contiene también adenosina, que es vasodilatador, por lo que tiene buenas propiedades para problemas de hipertensión, problemas de corazón o circulación.
La vitamina B del melón, hace que sea muy recomendado para las mujeres embarazadas, ya que el ácido fólico, es una vitamina del grupo B, que ayuda a prevenir defectos medulares en el feto.
De los minerales que contiene el melón, destaca su proporción en magnesio, potasio y hierro, por lo que se convierte en un alimento muy adecuado para deportistas (por el magnesio) y para personas con anemia (por el hierro).
Entre todas sus propiedades, destacamos su propiedad diurética y depurativa, por lo que el zumo o batido de melón, es muy recomendable en casos de retención de líquidos, dietas anticelulíticas y estreñimiento. El potasio da al melón su propiedad diurética, ya que este mineral ayuda a regular los niveles de agua en el cuerpo (equilibrio osmótico).
Al ser depurativo, el melón también ayuda a mantener la piel sana y limpia de toxinas.
Sus "pipas" o semillas, tienen una alta concentración en flavonoides (antioxidante) y propiedades depurativas, por lo que se suelen consumir en forma de infusión.
Es ideal en ensaladas y desayunos, contienen muy baja proporción de azúcares (25 calorías por 100gr), debe ser consumido con precaución por personas diabéticas, al igual que otras frutas.