La medicina convencional, se ha especializado a lo largo de los siglos en curar, sobre todo curar de manera química y mecánica, obteniendo resultados excelentes, pero no debemos olvidar, que muchas otras terapias y formas de medicina se basan en prevenir y fortalecer el cuerpo para que enferme lo menos posible y sobre todo, averiguando qué provoca esa enfermedad para curar el problema desde su raíz.
Cuando nos duele la cabeza, tenemos el colesterol alto o nos resfriamos muy a menudo, lo solemos solucionar tomando una pastilla que nos alivie el dolor, que nos regule los niveles de colesterol o tomando antigripales que nos hagan más llevadero el constipado. Pero realmente se puede hacer mucho más, y lo mejor que se puede hacer es averiguar y entender qué produce ese dolor de cabeza o qué hace que tengamos un desequilibrio inmune.
Es cierto que existen especialistas que nos pueden realizar pruebas y análisis para conocer las causas de nuestro mal, pero quizá por saturación, por tradición, porque así lo demandamos los enfermos, o por comodidad, la solución en muchos casos, vuelve a ser curar los síntomas, aliviar los dolores sin profundizar para averiguar qué produce ese mal.
La medicina holística ofrece una alternativa a este modo de tratar las enfermedades, fijando su interés en las causas reales del malestar, no solo en los síntomas, centrándose también en la relación entre nuestra energía vital y nuestra forma de vida y el malestar. Esta forma alternativa de entender la salud y nuestro cuerpo, nos muestra que es posible prevenir, mantener un equilibrio en nuestro cuerpo y nuestra mente que nos ayudará a estar fuertes, hará que nuestros órganos respondan correctamente podrá prevenir o incluso evitar cualquier enfermedad.
Existen muchas alternativas y terapias complementarias: colorterapia, indibaterapia, homeopatía, reflexología, acupuntura, reiki, yoga, chi kung, homotoxicología, iridologia... y nuestras favoritas: naturopatía, aromaterapia y fitoterapia.
La eficacia de estas terapias estará inevitablemente ligado a la profesionalidad del especialista, a su experiencia y responsabilidad, por eso os recomendamos que os informéis adecuadamente antes de acudir a un especialista alternativo y que siempre, por encima de todo, hagáis caso a vuestro sentido común e intuición a la hora de poneros en manos de alguien. Sentirse cómodo y seguro es una parte imprescindible para obtener buenos resultados en cualquier técnica.