La lavanda es una de las plantas medicinales más populares, ya que su aroma invade nuestra vida, ya sea disfrutando de un paseo en el campo en primavera o a través de multitud de cosméticos o perfumes aromatizados con lavanda, pero esta preciosa planta no es solo aroma, sino también un estupendo aliado de nuestra salud.
La lavanda (lavándula officinalis o angustifolia), es un arbusto silvestre, perenne y mediano típico del Mediterráneo, que cuenta con más de 30 especies y otros tantos híbridos denominados lavandinas. Una de sus variedades más conocidas en España por ejemplo, es el espliego.
La lavanda se cultiva principalmente en la Provenza francesa y en EEUU para extraer su aceite esencial muy apreciado por la industria cosmética y de higiene en general.
Uso tradicional de la lavanda
Desde la antigüedad la lavanda se ha utilizado principalmente como calmante del sistema nervioso y para mejorar la capacidad pulmonar, pero también como antídoto del veneno de serpiente, para limpiar el cuerpo (el nombre de lavanda proviene de lavare, que significa lavar en latín), para elaborar perfumes y multitud de ungüentos, para aromatizar dulces y bebidas o simplemente como planta ornamental por sus bonitas flores moradas.
Se consideraba también un amuleto contra los demonios y para mejorar la fertilidad, incluso se pensaba que sostener unas ramas de lavanda durante el parto ayudaba al alumbramiento del bebé.
Se utilizaba en pociones mágicas que ayudaban a eliminar la culpabilidad y a mejorar las relaciones, así como para elaborar perfumes que mejoraban el humor o eliminaban el pesimismo.
En Francia, donde la lavanda tiene una gran tradición, existe un precioso cuento que narra como la pequeña “hada Lavandula”, lloró sobre la Provenza y de sus lágrimas de ojos azules brotaron las preciosas flores de la lavanda.
Propiedades curativas de la lavanda
Hoy por hoy sabemos que la lavanda es excelente para calmar el sistema nervioso así como para aliviar todo tipo de dolores leves o moderados: dolor de articulaciones, dolor muscular, dolor de cabeza, pies cansados...
Está especialmente indicado para ayudar a conciliar el sueño y calmar la ansiedad tanto en adultos como en niños, para los que se recomienda unas friegas en el pecho con aceite de lavanda antes de dormir o aromatizar su ropa o sábanas para ayudar a conciliar un sueño tranquilo.
En caso de afecciones respiratorias, ayuda a relajar los espasmos pulmonares, la congestión, la tos y a combatir los virus por ejemplo que causan los resfriados.
También tiene muy buenas propiedades antisépticas y bactericidas, además de calmante del picor y desinflamante, por lo que se puede utilizar para el tratamiento de diferentes afecciones de la piel, como la psoriasis, las picaduras, las quemaduras, heridas o incluso para prevenir la caída del cabello. Por todas estas propiedades es muy habitual encontrar multitud de jabones de lavanda para niños y adultos, ungüentos curativos, relajantes musculares y champús o mascarillas capilares.
Por sus propiedades bactericidas antes mencionadas, la lavanda también es muy eficaz para combatir las bacterias que causan infecciones genitales, así como para combatir por ejemplo la cándida (hongo vaginal), para lo que 2 ó 4 gotas de aceite esencial puro en una compresa por ejemplo, aliviará el picor, la inflamación y ayudará a combatir la infección.
Usos y formas de preparación
La forma más habitual de consumir la lavanda es en forma de aceite esencial puro (extracción pura de la planta). Este aceite esencial se utiliza en gotas debido a su alta concentración.
- Se puede mezclar 2 / 4 gotas con aceite de almendras para dar un masaje que alivie el dolor de espalda por ejemplo,
- 2 gotas para masajear las sienes en casos de jaqueca,
- 2 / 4 gotas para realizar friegas en el pecho que alivien la congestión pulmonar o la ansiedad,
- 2 / 4 gotas para realizar friegas en el pecho que alivien la ansiedad
- 4 / 6 gotas en el cuero cabelludo para mejorar la salud del pelo.
- También como mencionamos anteriormente, el aceite esencial de lavanda es uno de los más utilizados para realizar masajes y friegas a los más pequeños, ya que les ayuda a relajarse y a conciliar el sueño.
También podemos encontrar la lavanda a granel, para lo que podemos utilizar sus flores para elaborar infusiones calmantes y digestivas (estimula la secreción biliar), o incluso para dar un toque diferente a ensaladas. Debemos tener en cuenta que el sabor de la lavanda es algo amargo, por lo que se utiliza en pequeñas cantidades para su uso en cocina.
El agua floral de lavanda (hidrolato de lavanda), se suele utilizar para aromatizar la ropa, la casa o como agua de planchado, pero también para aromatizar ligeramente el pelo o como tónico para aliviar las piernas cansadas, etc...
Como veis los usos de la lavanda son múltiples, variados y muy prácticos, por lo que os recomendamos tener siempre a mano un frasquito de aceite esencial de lavanda puro en casa, y que os animéis a disfrutar de todas las ventajas de esta estupenda planta medicinal.
