A continuación vamos a detallar las claves básicas de la dieta disociada, animándote a participar activamente en tu alimentación y a elegir correctamente los alimentos que que vas a ingerir, como los vas a preparar y a combinar. Es muy importante para tu salud, tu ánimo, tu aspecto y tu equilibrio energético.
★ Tomar conciencia de la calidad de los alimentos que ingerimos: que no estén refinados, que no lleven aditivos artificiales, que sean lo más naturales posibles, que estén frescos, que no sean transgénicos. Debemos participar en la elección de lo que comemos y cómo lo comemos, escuchando a nuestro organismo y tomando decisiones conscientes más allá del capricho o la oferta generalizada.
Por ejemplo, a pesar de que los cereales (harinas, panes, pastas...) refinados blancos nos parezcan más apetecibles o saludables, nada más lejos de la realidad. Al refinar los cereales, desaparecen la mayoría de sus nutrientes y fibra, por lo tanto los cereales que consumamos deben ser integrales para que sean realmente saludables.
★ Nuestra dieta deberá estar formada principalmente por vegetales, frutas frescas, crudas o poco cocinadas y cereales integrales. Lo que no quiere decir que no comamos el resto de alimentos, pero siempre en mucha menor proporción.
★ Prestar atención a cómo preparamos los alimentos. Las vitaminas por ejemplo se destruyen con el calor, por eso es importante tomar en cada ingesta al menos un alimento crudo, que además facilitará la digestión de los alimentos que ingiramos posteriormente. En el caso de las verduras, las debemos cocinar muy poco, y siempre que se pueda mejor comerlas crudas.
★ Reducir la ingesta de carnes y embutidos, ya que a pesar de ser proteínas (mucho más difíciles de digerir que las vegetales), también llevan incluidos grasas saturadas, nitratos, medicamentos residuales de la ganadería, hormonas, antibióticos, aditivos para su conservación, etc. Y además no aporta casi ningún nutriente más, ya que solo contiene vitamina B que pierde al ser cocinada, y a penas contiene fibra o sales minerales considerables. Además el exceso de carne produce ácido úrico, principal causante del reúma y otras dolencias.
★ Si tomamos pescados y mariscos debemos cuidar su frescura y procedencia, ya que por ejemplo los mariscos y los pescados grandes como el atún o el pez espada, acumulan gran cantidad de metales pesados, como el mercurio, así como otros tóxicos derivados de la contaminación del mar.
★ Debemos evitar las sustancias tóxicas para nuestro organismo o sustancias que perjudican el funcionamiento de nuestro sistema, saturándolo o atrofiándolo, como el azúcar refinado, la sal común refinada, el alcohol, las bebidas gaseosas, los pre cocinados, los aditivos (conservantes, colorantes, saborizantes, espesantes, edulcorantes, etc.). Además todo esto que mencionamos produce acidosis en nuestro organismo.
En vez de azúcar blanco refinado podemos tomar miel o melaza, pero lo mejor sin duda es la estevia (una planta que es edulcorante natural, apta para diabéticos).
En vez de la sal blanca refinada (cloro + sodio) podemos tomar sal de Himalaya, ya que además de cloro y sodio (en mucha mejor concentración que la sal refinada) contiene el resto de los oligoelementos básicos para nuestro organismo, por lo que es mucho menos perjudicial y mucho más “nutritiva”.
Los medicamentos están considerados sustancias tóxicas, que saturan nuestro hígado y sobrecargan y atrofian nuestro cuerpo, por eso siempre que podamos debemos evitarlos recurriendo a otros métodos de curación que ayuden a nuestro organismo y promuevan la salud. Por ejemplo para curar una gripe, contamos con alimentos que nos ayudarán mucho más y mejor que los medicamentos farmacéuticos: si tomamos naranjas, limón, jujube, ajo, cebolla, jengibre, llantén, equinácea, propóleo, nos curaremos mucho antes y mejor que con medicamentos, a la vez que reforzaremos nuestro organismo para que no vuelva a enfermar.
★ Llevar una dieta variada. Esto es vital, ya que cuando nuestro organismo se satura de un mismo grupo de nutrientes, los acumula porque se dificulta su absorción o eliminación y esta acumulación crea problemas. Por eso por muy sanos que sean los espárragos, por ejemplo, no debemos comerlos todos los días, sino que debemos variar nuestra ingesta para aportar a nuestro organismo todo el abanico de nutrientes, aminoácidos, vitaminas y oligoelementos posibles.
★ Combinaciones erróneas:
★ Ingerir suficiente fibra. Es vital evitar el estreñimiento, ya que éste problema por si mismo, es causante de infinidad de trastornos o enfermedades, además de ser síntoma de una mala alimentación. Debemos eliminar la mayor parte de sustancias de deshecho cada día, y esta evacuación debe estar equilibrada con la cantidad que ingerimos, por eso debemos aportar buena dosis de fibra a nuestro organismo, tomando vegetales crudos, frutas, semillas de lino, algas (espirulina, chlorella), cereales integrales, frutos secos (crudos, no fritos ni asados), infusiones de plantas depurativas como el diente de león o la cola de caballo, y todo ello acompañado de una buena cantidad de agua, para que la fibra pueda realizar su función depurativa.
★ Debemos tomar al menos 2 litros de agua al día, pero no durante las comidas, ya que esta “licuará” los jugos digestivos y hará que nuestra digestión sea más lenta y menos eficaz. Es muy beneficioso tomar agua en ayunas, o media hora antes de las comidas por ejemplo. Por otro lado, mejor si el agua es del tiempo, ni muy fría ni muy caliente, ya que esto afectará al tono muscular de nuestro aparato digestivo.
★ Alimentos estrella (mejor de cultivo ecológico para asegurar su pureza y salubridad):
Debido a la contaminación ambiental, la manipulación alimentaria y a la intoxicación por fármacos, nuestro organismo cada vez más necesita curas depurativas y protección ante los tóxicos, y en la chlorella encontramos un buen aliado para ese fin entre sus muchas propiedades.
La chlorella es un microalga superviviente en nuestro planeta y está catalogada como una de las formas de vida más primitivas. Desde los años 80 se ha convertido en el foco de muchas miradas científicas ya que es una de las sustancias más prometedoras en el campo de la salud.
Junto con el alga espirulina, la chlorella está considerado un superalimento, porque es un alimento no un medicamento, y contiene propiedades nutricionales y medicinales extraordinarias.
Su composición es principalmente proteica (60% aprox.); constituye una fuente extraordinaria de proteína vegetal y aminoácidos esenciales (que nuestro cuerpo utiliza para sintetizar proteínas propias), por lo que está muy indicada para estados carenciales, anemia, sobreesfuerzo o dietas vegetarianas, ya que es una fuente de proteínas y aminoácidos mucho mayor que la soja o la carne.
Además contiene una gran cantidad de vitaminas entre las que destacan la vitamina A, D, Ácido fólico (B9) y B12 y sales minerales entre los que podemos destacar el Hierro, el Fósforo, el Magnesio y el Potasio.
Cabe destacar su extraordinario contenido en clorofila (la sustancia que absorbe la energía solar para realizar la fotosíntesis en las plantas), que le hace tener un color verde oscuro y un olor como a “hierba fresca”, a la vez que le otorga unas propiedades muy buenas para nuestro organismo. La clorofila, también muy presente en el alga espirulina, tiene una cierta similitud estructural con nuestra hemoglobina, (que otorga el color rojo a nuestra sangre, igual que la clorofila profiere el color verde a las plantas), y nos ayuda a retardar el envejecimiento celular, a prevenir el crecimiento de células cancerígenas o a reducir el nivel de colesterol mejorando la circulación sanguínea, pero sobre todo, nos ayuda a eliminar tóxicos y a depurar el organismo.
Tanto en la India como en la antigua Checoslovaquia durante los 90 se llevaron a cabo diferentes estudios entre los que destaca el llevado a cabo por el Instituto de Biofísica de la Academia Checoslovaca de Ciencias, que determinó que la chlorella tenía efectos positivos en organismos contaminados por radiación. Después de varios estudios posteriores se confirma que la chlorella no solo protege antes la irradiación sino que ayuda a desintoxicar el organismo de la radiación con un notable porcentaje de éxito, de hecho tanto la espirulina como la chlorella se utilizan en el tratamiento de las víctimas de Chernóbil, hoy niños que nacen sufriendo las consecuencias del terrible desastre radiactivo nuclear de 1986.
Hoy en día Japón también se ha convertido en un gran consumidor de polvo de chlorella que utilizan incluso para sazonar sus platos o preparar batidos con fines depurativos y antioxidantes, ya que con ello combaten los síntomas degenerativos del estrés.
Podemos resumir que la chlorella tiene muy buenas propiedades antioxidantes, ya que previene la degeneración celular de los tejidos, nutritivas como tratamiento de anemia, convalecencia o desgaste físico, ya que es un aporte muy rico de aminoácidos, proteínas, vitaminas y sales, pero sobre todo protege el sistema inmunológico y desintoxica el organismo.
Queremos destacar el efecto desintoxicante de esta maravillosa alga porque el resto de sus propiedades pueden encontrarse en otras tantas sustancias vegetales, pero la chlorella es la sustancia que mejor nos hace eliminar los residuos tóxicos, tanto es así, que después de un tratamiento con chlorella si realizamos un análisis de nuestras heces encontraremos gran cantidad de metales pesados y residuos tóxicos.
Como empezábamos este artículo, hoy en día nuestros organismos se encuentran altamente contaminados por los pesticidas y fertilizantes contaminantes utilizados en la agricultura para cultivar nuestros alimentos, también por los carburantes de los coches suspendidos en el aire que respiramos, por el tabaco, por el pescado o marisco de mares contaminados, por las vacunas y otros tantos medicamentos que llenan nuestro cuerpo de residuos muy difíciles de depurar. Nuestro hígado y riñones se encargan de filtrar todas esas sustancias tóxicas pero un exceso de estas agota nuestros órganos haciendo que decaiga su eficacia dañando seriamente nuestra salud lo que se puede manifestar con síntomas de todo tipo.
De todos los agentes tóxicos que nos rodean, los más peligrosos para nuestra salud son los metales pesados como el aluminio, plomo y mercurio, porque pueden causar lesiones graves en nuestro cerebro, sistema nervioso, inmunológico o endocrino. Los metales pesados se quedan almacenados en nuestro organismo que no es capaz de metabolizarlos y eliminarlos. Para ello tenemos que recurrir a sustancias muy depurativas o a un agente quelante (o quelador), como es el caso de la chlorella. Los queladores consiguen “atrapar” el metal para que después sea eliminado fácilmente por la orina y las heces.
Uno de los mejores queladores naturales es la clorofila, por eso las dietas vegetarianas ofrecen al cuerpo una mayor protección ante los tóxicos. El té verde, el mate, la alfalfa, el ajo, la soja (brotes), la manzana, el pimiento, las espinacas y el brócoli son alimento muy ricos en clorofila, aunque podemos afirmar que la chlorella es el mejor complemento desintoxicante, ya que también es el vegetal con más cantidad de clorofila, seguido por el alga espirulina.
Minerales, metales, sales, oligoelementos... aunque todos estos conceptos debieron quedar claros en nuestra época como estudiantes, hoy por hoy es común que tengamos todos estos conceptos un tanto confusos, y mucho más cuando entran en relación con nuestra dieta y organismo, por eso vamos a aclarar conceptos básicos e importantes para nuestra salud.
Aún se estudian las funciones de los metales y minerales en nuestro organismo, y poco a poco se van determinando algunas de sus funciones, aunque en la mayoría de los casos se sabe que están, que tienen que estar para que tengan lugar ciertas reacciones, y que su exceso o defecto es perjudicial, pero aún quedan muchas respuestas sin resolver.
Las sales minerales son necesarias para la formación de huesos y dientes, y son fundamentales para transmitir la electricidad, por ejemplo para transmitir los impulsos nerviosos, para la formación de hormonas, para la regulación de la cantidad de agua en el cuerpo y en definitiva para que tengan lugar multitud de reacciones químicas y metabólicas básicas para la vida.
Una de las razones por las que consideramos indispensables para la vida muchas sales minerales e porque forman parte de muchas enzimas. Recordaremos que cada enzima del organismo tiene una función básicas para nuestro metabolismo, ya que su presencia propicia una reacción química que sin esta enzima no tendría lugar de forma “espontánea” o tendría lugar tan lentamente que sería igualmente inútil. Por eso las enzimas son básicas para nuestro metabolismo y para la vida ya que por ejemplo convierten los nutrientes en calorías, y estos en ATP (el “combustible energético” esencial para todas nuestras funciones), digieren las proteínas o forman nuevas a partir de aminoácidos, o también propician el movimiento a través de la miosina muscular.
Hoy en día, debido a la contaminación, la mala alimentación, los aditivos sintéticos en los alimentos, los medicamentos, los pesticidas y fertilizantes agrícolas y el estrés, nuestros niveles de oligoelementos se suelen ver muy alterados, dando lugar en muchos casos a déficit severos de algunos metales, lo que puede producir enfermedad, así como al contrario podemos encontrar en nuestro organismo exceso de otros minerales o metales que constituyen intoxicación, y por lo tanto enfermedad también, o predisposición a ella.
Las sales minerales se clasifican en:
La oligoterapia es la ciencia naturópata que estudia todos estos elementos en relación con la salud, utilizándolos en pequeñas cantidades para tratar los déficit causantes de muchos trastornos comunes.
La administración de los oligoelementos debe estar supervisada por un profesional naturópata o nutricionista, ya que tal y como hemos explicado es importante detectar la enfermedad, su nivel de gravedad y el déficit de un elemento antes de tomarlo.
Por poner un ejemplo práctico: el insomnio es un trastorno que puede estar causado por motivos emocionales, nutricionales, hormonales, etc... un análisis de los síntomas globales puede determinar que el mejor tratamiento para ese caso concreto será Litio+Manganeso+Cobalto, pero quizá en otro caso de insomnio con otro cuadro global, este tratamiento resulte totalmente inútil ya que los niveles de litio en esa persona están correctos, y el tratamiento más recomendado hubiese sido un suplemento hormonal a base de Melatonina o simplemente practicar una terapia energética (como el yoga, el taichi o la meditación), con un suplemento relajante como la Pasiflora o equilibrante como el Ginseng. Es decir, tanto el tratamiento de oligoterapia como el tratamiento hormonal, a diferencia del tratamiento inofensivo con plantas medicinales, están muy recomendados y son muy efectivos para ciertos casos, pero no en todos por igual.
Sufrir de sobrepeso supone un gran riesgo para la salud, a la vez que implica una deficiente calidad de vida.
Hoy por hoy, a pesar de lo que nos quieran hacer creer, no existen remedios inmediatos e infalibles para adelgar, al menos no de manera saludable, y esto es porque nuestro metabolismo ha sido entrenado durante miles de años para adaptarse a diferentes tipos de alimentación, es decir que si ingerimos menos calorías, nuestro metabolismo se adaptará ralentizándose para consumir menos calorías también.
No obstante, con una buena dieta, una actividad física regular y algunas ayudas naturales, desde luego podremos conseguir y mantener un peso apropiado para cada uno de nosotros.
Hoy en día existen muchos productos reconocidos por su acción antioxidante y por retardar el envejecimiento celular o por ayudar a combatir los radicales libres, y aunque estamos muy familiarizados con estas frases quizá existan algunas lagunas acerca de qué significa exactamente todo esto.
Los radicales libres son moléculas (generalmente de oxígeno) inestables, ya que tienen un electrón libre, es decir, necesitan “robar” otro electrón para convertirse en una molécula estable, convirtiendo así a otras moléculas en radicales libres también. Los radicales libres se derivan de la oxidación y producen más oxidación; es decir, los radicales libres se desprenden de la respiración celular (oxidación), en un acto en el que se utiliza el oxígeno para conseguir energía de los nutrientes que ingerimos, y después producen más oxidación en su intento por estabilizarse.
Algunos radicales libres tienen efecto beneficioso en nuestro organismo, y son producidos por nuestro sistema inmunológico ya que ayudan a combatir microorganismos (bacterias, hongos). Los radicales libres se eliminan facilmente del organismo gracias a determinadas enzimas; el problema viene cuando la cantidad de radicales se desequilibra y aumentan su número considerablemente.
Cuando una molécula “cede” (aunque involuntariamente) un electrón, se considera oxidación (molecular). La oxidación ataca a las pareces celulares, debilitan las defensas, dañan las enzimas y los tejidos, por eso, la acción de los radicales libres acelera el envejecimiento y facilitan la aparición de enfermedades.
Factores que aceleran los efectos de oxidación celular:
La oxidación celular prematura o acelerada por estos factores nombrados anteriormente, pueden causar artritis, diabetes, inflamación de los tejidos, envejecimiento precoz y debilitamiento del organismo, problemas cardiovasculares (corazón, circulación sanguínea), trastornos del sistema nervioso central (Parkinson, Alzheimer), daños en la estructura genética de las células (ADN), cataratas o incluso cáncer.
Los antioxidantes son sustancias capaces de neutralizar a los radicales libres sin desestabilizarse, ya que por expresarlo gráficamente, a los radicales les falta un electrón y a los antioxidantes les sobra un electrón.
Los antioxidantes naturales son los Carotenos (precursores de la vitamina A), la vitamina E, la vitamina C (ácido ascórbico), los flavonoides y polifenoles. Los minerales: Selenio, Zinc y Manganeso también tienen una acción antioxidante en nuestro organismo.
Los vegetales son los mejores aliados antioxidantes, ya que nos solo contienen vitaminas y minerales, sino que contienen flavonoides, polifenoles, que son sunstancias químicas muy complejas que han desarrollado para combatir su propia oxidación durante la fotosíntesis.
Alimentos muy antioxidantes: Zanahoria, Calabaza, Tomate, Cerezas, Brócoli, Frambuesa, Jujube, Uva, el té, Granada, bayas de Goji, Espirulina (rica en clorofila), Cúrcuma, Mora silvestre, Pimientos, Espinacas, Acerola, Arándano y Acai.
El Arándano, la Granada y el Mango tienen un gran poder antioxidante, pero el Acai es aproximadamente un 500% más antioxidante que cualquiera de estas frutas.
El Acai es un fruto procedente del Amazonas de Brasil, donde es consumido por casi toda la población indígena. Gracias a su gran poder antioxidante recientemente se ha considerado como una valiosa sustancia bioactiva. Uno de los estudios más notables ha sido llevado a cabo por el Institute of Nutritional and Food Sciences de la Universidad de Bonn (en Alemania), que ha publicado que el acai tiene extraordinarias propiedades antioxidantes ya que combate los radicales libres y evita el deterioro celular incluso con pequeñas dosis de acai.
Por otro lado, y para concluir, existen varios estudios que afirman que los antioxidantes suelen perder efectividad si son aislados de su entorno natural. Es decir, el licopeno por ejemplo, es un carotenoide (antioxidante) del tomate, pues bien, varios estudios han demostrado que el licopeno es más antioxidante si lo consumes en el tomate, en vez de en compuestos sintenticos elaborados artificialmente con licopeno extraído del tomate. De estos estudios se deriva la conclusión de que los mejores antioxidantes son las frutas y verduras frescas, crudas o poco cocinadas, mejor que cualquier otro compuesto sintético elaborado a partir de vitaminas o minerales extraídos de vegetales.
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