La equinácea es una planta nativa de Estados Unidos, donde tradicionalmente los indios la usaban para curar el envenenamiento por mordeduras de serpiente y algunos insectos. Hoy por hoy es común tomar preparados anti-gripales cuya base es la equinácea.
La equinácea (Echinacea angustifolia) es una de las plantas más utilizadas en naturopatía y una de las 10 plantas imprescindibles en cualquier botiquín de un fitoterapeuta.
Contiene gran cantidad de glucósicos en su raíz (moléculas compuestas por glúcidos, azúcares), aceite esencial, terpenos (coloración y síntesis de vitaminas), ácidos grasos (oléico y linoléico entre otros), alcaloides (actúan sobre el sistema nervioso), taninos (astringentes y antiinflamatorios), calcio, magnesio, sodio y vitamina B (diversas funciones vitales) y vitamina C (antioxidante e inmunológico). En sus flores, que son parecidas a las margaritas pero de color magenta, es donde se encuentra una mayor concentración de aceite esencial.
La equinácea tiene una gran poder inmunológico, protege el organismo mejorando la función de los leucocitos (defensas) y además es un extraordinario bactericida.
Se recomienda un tratamiento con equinácea por ejemplo para tratar enfermedades de transmisión sexual, como la gonorrea, hongos vaginales o sífilis, ya que evita el crecimiento y proliferación de los virus. También ayuda a curar la infección de orina que causa cistitis. Su uso más extendido es para tratar las enfermedades respiratorias típicas como gripe, resfriado, catarro, sinusitis, laringitis... elimina los síntomas de estas enfermedades ya que desinflama los cornetes nasales y es expectorante y a la vez ayuda al organismo a luchar contra el virus que causa la enfermedad. También se ha comprobado que puede erradicar la aparición de herpes. Los herpes aparecen en organismos con un sistema inmunológico débil, por eso, aunque existan medicamentos que aparentemente curan los herpes, estos vuelven a aparecer después de un tiempo. Por eso, para erradicar de forma definitiva los herpes es importante reforzar el sistema inmunológico.
La equinácea también tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas, por lo que se puede administrar en casos de lesiones musculares, por ejemplo.
La mejor manera de tomar equinácea, como la mayoría de las plantas medicinales, es en líquido, en forma de aceite esencial o tintura. En este caso, mejor en tintura para los casos en los que requiera ingerirse, es decir para su uso interno. La tintura se extrae de la planta fresca, dejándola macerar en agua y alcohol, por lo cual contiene Equinácea (raíz y flor), agua y alcohol, nada más. La tintura tiene un gran potencial ya que contiene el principio activo de la planta muy concentrado, por lo que resulta muy efectiva y práctica. Se toma en gotas (20 o 30) disueltas en agua o zumo natural. La posología dependerá del productor de la tintura, por lo que habrá que atender a las recomendaciones de cada fabricante.
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