Desde hace algunos años no es raro escuchar en algún que otro anuncio de la tele algo como: “¡enriqucido con aceite de jojoba!”, o encontrar la jojoba como ingrediente “estrella” en algún que otro producto de belleza, y es que de la semilla de la jojoba se extrae su aceite con unas propiedades inmejorables.
La jojoba (Simmondsia chinensis) es un arbusto muy resistente autóctono de México, donde los Aztecas ya utilizaban su extracto tanto para usos cosméticos como para curar enfermedades o para cocinar. El aceite de jojoba contiene una alto porcentaje de ceramidas (95% aprox.), que son un tipo de lípidos que se encuentran también en nuestro organismo e imprescindibles para la salud de la piel, ya que mantienen las células unidas, consiguiendo la elasticidad de los tejidos, al igual que sirven de “barrera” para mantener la hidratación. Estos lípidos resisten extraordinariamente el calor por lo que el proceso de extracción del aceite de jojoba, que se lleva a cabo mediante presión, apenas altera su composición química y sus propiedades se mantienen intactas.
Sus beneficios para la piel
Dado a su alto contenido en ceramidas, el aceite de jojoba, a pesar de su nombre, no es realmente un aceite, sino una “cera líquida” muy parecida a la grasa o sebo humano y esta característica es la que distingue al aceite de jojoba de cualquier otro aceite vegetal y lo hace extraordinario para curar o tratar problemas de acné, exceso de grasa o brillos, ya que las ceramidas, “engañan” a nuestro organismo haciéndolo creer que no necesita segregar más “sebo” y restaurando el equilibrio, sin descuidar la elasticidad y la hidratación. Además, la jojoba contiene vitamina E que es antioxidante y previene el envejecimiento prematuro de la piel, en ningún caso puede resultar tóxico y evita la desidratación.
Aceite base para aromaterapia
El aceite de jojoba es un aceite base excelente para aromaterapia, ya que es un extraordinario emoliente, lo que significa que suaviza sin dejar sensación grasa y prácticamente “desaparece” al contacto con la piel y esto es debido una vez más a su parecida composición de ceramidas. Sus propiedades son bastantes neutras y no interfieren con las propiedades de otros aceites esenciales puros. Por ejemplo, el aceite de jojoba combina genial con el aceite de árbol de té, esencia de limón o el aceite de ciprés, ya que cualquiera de ellos son muy eficaces para el tratamiento del acné o el exceso de grasa.
La jojoba y el cabello
También se recomienda el tratamiento con aceite de jojoba para el cuidado del cabello, para los problemas de cuero cabelludo como el exceso de grasa, o para la caída excesiva. Regenera la salud del folículo piloso, que a veces queda obstruído por un ecceso de grasa o falta de oxigenación.
La jojoba durante el embarazo
Es muy recomendado el uso de aceite de jojoba durante el embarazo, al igual que el aceite de rosa de mosqueta, ya que mantiene la piel elástica. Un uso frecuente evitará las estrías y ayudará a que la piel recupere su tersura rápidamente.