, esta es la mejor manera de conocer y enriquecerse de nuevas visiones que ampliarán nuestro registro mental y emocional. Nos ayudará a salir de nuestra zona de confort que tanto nos limita.
Participar de otras culturas, otras costumbres o simplemente otras maneras de hacer las cosas más cotidianas, puede servirte para conocer modos de vida diferentes que podrán ayudarte en tu forma de vida particular. Además, quizá des un sentido mayor o mejor a tus propias ideas o costumbres al compartirlas con otra persona, ya que intentarás explicar y razonar tus porqués, y quizá, si encuentras algún sinsentido en alguno de tus 'rituales' cotidianos, puedas cambiarlos por otros que te convenzan más.
A veces se menosprecia o ridiculiza otras formas de vida, formas de vestir, formas de cocinar, formas de componer música..., simplemente porque no se entienden o se desconocen, en definitiva, por ignorancia y por pensar que nuestra forma de vida es la mejor. No hay que entender y estar de acuerdo con todo lo que nos rodea, no todos somos iguales, por suerte, pero está genial cuando nos interesarnos por algo que no entendemos, aprendemos en el proceso y nos empaparnos de otras maneras de ver y hacer las cosas. Además, por encima de esto, comprendiendo a los demás nos conocemos un poco más y mejor a nosotros mismos, aprendemos a respetar otras maneras, y a respetar el hecho de que no hay una única manera o una forma perfecta de actuar, sino que vivimos rodeados de un gran abanico de cristales de colores con los que mirar, y de cien formas distintas de actuar en una misma situación.
Vivir con el alma y la mente abierta nos puede asegurar una convivencia agradable, enriquecida y en paz. Podemos comenzar a enriquecernos de nuestras diferencias familiares, aprender de nuestros compañeros de trabajo y participando de nuestro entorno.