También conocida como Absintio, Ajorizo, Ajenjo, Artemisa Amarga, Hierba Santa, Hierba Maestra, Incienso de Andalucía, la Hierba Santa (Cestrum auriculatum) se usa en casos de faringitis y laringitis, dolores reumáticos, enfermedades del sistema respiratorio, facilita la digestión y es antibiliar. Por su contenido en “eriodictiol” tiene muy buenas propiedades expectorantes y también es buena para bajar la fiebre.
Celia Cruz cantaba " (...) Traigo hierba santa pa' la garganta, jechimón pa' la hinchazón, ruda pal' que estornuda, apazote para los brotes (...) "
Por sus propiedades digestivas, se utiliza durante siglos para realizar Vermut, de hecho, esta planta en alemán se llama Wermuth.
Pero a lo largo de la historia también se ha usado, y casi en mayor medida, como planta mágica, por brujas europeas, religiosos cristianos y chamanes pre-incas.
Se utilizaba tanto en baños, o en infusiones o pócimas. Tiene un gran poder sedante, y por eso quizá se utilizaba en rituales que limpiaban el alma, alejaban las malas vibraciones y aseguraban la paz espiritual.
Durante la época de los dioses griegos, era considerada una planta con grandes poderes mágicos y beneficiosos para el útero, por eso realizaban ofrendas de esta planta a Artemisa, diosa de la fecundidad.
En Francia, durante el siglo XIX, se abusó tanto de esta esencia, por la creencia en sus poderes mágicos, que se produjeron graves intoxicaciones e incluso muerte, ya que el exceso de esta planta puede provocar daños irreparables, convulsiones, mareos, temblores… y es muy perjudicial para enfermos de úlceras.