Sobre todo si estás embaraza, eres madre o estás en el periodo de menopausia, habrás oído cien recomendaciones acerca del calcio que debes ingerir, pero como en todo lo concerniente a nuestro organismo y salud existen muchas medias verdades y muchos mitos que debemos desmontar y muchas evidencias que debemos conocer para entender nuestra salud, por eso hoy explicamos que con respecto al calcio, no todo es ingerir leche.
El Calcio es el mineral más abundante en nuestro organismo.
Junto con el Fósforo, la vitamina D y el Magnesio principalmente, se encarga de formar y mantener los huesos y los dientes, pero además interviene en la transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción muscular y la coagulación sanguínea.
Con respecto a nuestra salud, tanto un déficit como un exceso de calcio en nuestro organismo pueden acarrear problemas de salud.
Parece lógico pensar que cuanto más calcio ingiramos, más calcio vamos a tener en nuestro organismo y más fuertes van a crecer nuestros huesos, verdad? Entonces, si tomamos mucha leche de vaca, muy rica en calcio, tendremos asegurada la cantidad de calcio en nuestro cuerpo, no? Pues no. En la naturaleza los procesos no son tan sencillos y existen muchos factores que intervienen en nuestro metabolismo, por eso con respecto al calcio debemos saber qué:
Conclusiones: la mayoría del calcio que consumimos se elimina o se acumula en forma de cálculos, por eso es importante por un lado consumir alimentos ricos en calcio pero que a la vez favorezcan su absorción.
Si se da un déficit de calcio en nuestro organismo, con una dieta “normal”, seguramente no sea por un bajo consumo de lácteos, sino por una dieta rica en carne, aditivos, azúcar refinado, exceso de sal o fármacos que dificultan la absorción de calcio, “estropean” la función renal y a la vez acidifican la sangre. Si se dan problemas severos como la osteoporosis, seguramente tengamos una pérdida excesiva de minerales, acompañada de una mala absorción intestinal, ante lo que un aporte extra de calcio no servirá más que para producir cálculos renales.
Conclusión: si nos fijamos, con respecto a los minerales (igual que con la mayoría de sustancias de nuestro organismo) la clave está en el equilibrio. Los minerales “trabajan en equipo” en proporciones muy concretas, por eso, cuando tomamos un complemento alimenticio a base de un mineral, debemos tener en cuenta que el exceso de un mineral promoverá seguramente la eliminación de otro. Por poner un ejemplo concreto: para que el calcio sea bien absorbido en el intestino, se debe encontrar en una relación de 2 “unidades” de calcio por una de fósforo. Si se rebasa esta cantidad de fósforo, el organismo eliminará la combinación, que se estima que es lo que ocurre con la leche de vaca, mientras que la leche humana contiene estos minerales en la proporción idónea para nuestro organismo.
Conclusión: una dieta equilibrada, variada y rica en crudos vegetales, conseguirá que nuestro organismo cuente con la cantidad equilibrada de sales minerales o oligoelementos, sin necesidad de recurrir a tomar 3 vasos de leche al día, ni complementos alimenticios minerales (pastillas), además de de mantener la salud del metabolismo por el aporte de otras tantas sustancias como enzimas, vitaminas, aminoáy antioxidantes.
>> Una cucharada de sésamo o de algas aportará la misma o mayor cantidad de calcio a nuestro organismo que un vaso de leche de vaca.
Elena Cibrián, Naturópata y nutricionista
www.tunaturopataonline.com
Minerales, metales, sales, oligoelementos... aunque todos estos conceptos debieron quedar claros en nuestra época como estudiantes, hoy por hoy es común que tengamos todos estos conceptos un tanto confusos, y mucho más cuando entran en relación con nuestra dieta y organismo, por eso vamos a aclarar conceptos básicos e importantes para nuestra salud.
Aún se estudian las funciones de los metales y minerales en nuestro organismo, y poco a poco se van determinando algunas de sus funciones, aunque en la mayoría de los casos se sabe que están, que tienen que estar para que tengan lugar ciertas reacciones, y que su exceso o defecto es perjudicial, pero aún quedan muchas respuestas sin resolver.
Las sales minerales son necesarias para la formación de huesos y dientes, y son fundamentales para transmitir la electricidad, por ejemplo para transmitir los impulsos nerviosos, para la formación de hormonas, para la regulación de la cantidad de agua en el cuerpo y en definitiva para que tengan lugar multitud de reacciones químicas y metabólicas básicas para la vida.
Una de las razones por las que consideramos indispensables para la vida muchas sales minerales e porque forman parte de muchas enzimas. Recordaremos que cada enzima del organismo tiene una función básicas para nuestro metabolismo, ya que su presencia propicia una reacción química que sin esta enzima no tendría lugar de forma “espontánea” o tendría lugar tan lentamente que sería igualmente inútil. Por eso las enzimas son básicas para nuestro metabolismo y para la vida ya que por ejemplo convierten los nutrientes en calorías, y estos en ATP (el “combustible energético” esencial para todas nuestras funciones), digieren las proteínas o forman nuevas a partir de aminoácidos, o también propician el movimiento a través de la miosina muscular.
Hoy en día, debido a la contaminación, la mala alimentación, los aditivos sintéticos en los alimentos, los medicamentos, los pesticidas y fertilizantes agrícolas y el estrés, nuestros niveles de oligoelementos se suelen ver muy alterados, dando lugar en muchos casos a déficit severos de algunos metales, lo que puede producir enfermedad, así como al contrario podemos encontrar en nuestro organismo exceso de otros minerales o metales que constituyen intoxicación, y por lo tanto enfermedad también, o predisposición a ella.
Las sales minerales se clasifican en:
La oligoterapia es la ciencia naturópata que estudia todos estos elementos en relación con la salud, utilizándolos en pequeñas cantidades para tratar los déficit causantes de muchos trastornos comunes.
La administración de los oligoelementos debe estar supervisada por un profesional naturópata o nutricionista, ya que tal y como hemos explicado es importante detectar la enfermedad, su nivel de gravedad y el déficit de un elemento antes de tomarlo.
Por poner un ejemplo práctico: el insomnio es un trastorno que puede estar causado por motivos emocionales, nutricionales, hormonales, etc... un análisis de los síntomas globales puede determinar que el mejor tratamiento para ese caso concreto será Litio+Manganeso+Cobalto, pero quizá en otro caso de insomnio con otro cuadro global, este tratamiento resulte totalmente inútil ya que los niveles de litio en esa persona están correctos, y el tratamiento más recomendado hubiese sido un suplemento hormonal a base de Melatonina o simplemente practicar una terapia energética (como el yoga, el taichi o la meditación), con un suplemento relajante como la Pasiflora o equilibrante como el Ginseng. Es decir, tanto el tratamiento de oligoterapia como el tratamiento hormonal, a diferencia del tratamiento inofensivo con plantas medicinales, están muy recomendados y son muy efectivos para ciertos casos, pero no en todos por igual.
La espelta (Triticum Spelta y Triticum Diccocum) es un cereal familia del trigo, también conocido como trigo verde o escanda.
Su cultivo proliferó hace más de 7000 años por todo oriente, China, Egipto, Turquía, hacia el norte de Europa y de la península ibérica, ya que la espelta, crece en zonas húmedas y soporta mejor que el trigo común las bajas temperaturas. A pesar de que también es más resistente a las enfermedades de los cultivos y las sequías, tiene más y mejores nutrientes y su sabor es más intenso que el del trigo, su popularidad decayó debido a que su cultivo no resultaba tan rentable, ya que crece más despacio que el trigo y además, tiene una cáscara más dura que cuesta más eliminar en los procesos de recolección y preparación para el consumo.
Hoy por hoy, se ha recuperado la espelta como alimento primordial en muchas dietas. Gracias a la proliferación de los cultivos ecológicos y al estudio de los alimentos respetando su esencia natural, la espelta ha recobrado el protagonismo que un día tuvo.
Nutricionalmente, la espelta mantiene muchos más nutrientes intactos gracias a que no se ha comercializado tanto con él, y todos los estudios y alteraciones genéticas se han volcado en el trigo. Hoy por hoy, las propiedades nutricionales del trigo se han deteriorado en pro de un comercio y cultivo más rentable, como ocurre con muchos otros alimentos, en cambio, la espelta, es cultivada actualmente por agricultores ecológicos, y su composición química y nutritiva no ha sufrido alteraciones a lo largo de los años.
Tiene un alto contenido en carbohidratos, vitaminas (B1 y B2) y oligoelementos (minerales básicos como el magnesio, el potasio o el cinc), en mayor cantidad y calidad que en el trigo común. Su valor nutricional más reconocido, sobre todo para dietas vegetarianas, es su alto contenido en proteínas, que ronda el 20%, y su alto contenido en fibra.
Aunque su precio es un poco más elevado, os recomendamos que probéis la pasta elaborada con espelta, con 250gr obtendréis 3 o 4 raciones, y os aseguraréis los mejores nutrientes y un sabor un poco más dulce que en la pasta convencional. Las galletas o panes de harina de espelta tampoco tienen desperdicio.
Como contiene gluten, al igual que el trigo, no puede ser consumido por personas celíacas.
Muchas veces leemos artículos, anuncios o incluso el envoltorio de algún alimento y vemos la cantidad de vitaminas y minerales que tiene a veces sin llegar a comprender del todo para que sirven. Así que hemos decidido realizar un breve resumen sobre qué son las vitaminas y minerales y de qué se encarga cada uno.
Las vitaminas son nutrientes que junto a otros elementos nutricionales catalizan los procesos fisiológicos. La mayoría de las vitaminas esenciales no las elabora nuestro propio cuerpo por lo que las asimilamos con la alimentación. Algunas producen intoxicación si se ingieren en grandes cantidades, como la D y la A.
Los minerales son igualmente importantes para la vida. Son elementos inorgánicos que nuestros cuerpos no pueden crear y es necesario obtenerlos de nuestra dieta. Desgraciadamente, a veces el consumo de productos naturales no es suficiente para abastecernos de las cantidades de minerales que recibidos, en parte porque durante el proceso de elaboración y conservación de los alimentos se pierden la mayoría de los oligoelementos (el 80% del manganeso durante el blanqueo y refinado del azúcar o el blanqueo del arroz).