Las Flores de Bach son 38 remedios florales utilizados para tratar problemas emocionales. El método Bach fue elaborado por Edward Bach (médico bacteriólogo y homeópata) en 1926 y desde entonces miles de profesionales y usarios por todo el mundo utilizan Flores de Bach para tratar miedo, obsesión, inserguridad, soledad, culpa, ira, impaciencia, indecisión, angustia, etc.
Cada una de las 38 esencias florales de Bach tiene una vibración energética que se corresponde con la vibración energética de una emoción negativa, responsable de desequilibrios físicos y emocionales. Cada una de esas vibraciones negativas es capaz de ser canalizada una de las 38 preparados florales de Bach.
Los tratamientos con flores de Bach son aptos para cualquier persona a cualquier edad y están libres de efectos secundarios; son aptos incluso para bebés, muy recomendables para mujeres embarazadas y con excelentes resultados en animales. Se recomienda ser preparados siguiendo las especificaciones de Bach y por un terapeuta experimentado.
Administración:
Tomar 4 gotas, 4 veces al día, en tomas alejadas de las comidas.
También pueden administrarse 4 gotas ante una situación difícil, por ejemplo: hablar en público.
Se recomienda dejar las gotas bajo la lengua al menos 1 minuto antes de tragar.
Las 38 esencias se dividen en 7 grupos emocionales:
¿Cómo se obtienen?
Para la autenticidad y eficacia de las flores de Bach, es necesario respetar una forma de elaboración delicada, artesanal (manual) y precisa. El método habitual es el 'método del sol', que consiste en dejar flotar en agua pura las flores durante 3 horas, para que el calor y la energía de la flor sea transmitida al agua. Algunas otras plantas con características especiales precisan de ebullición durante al menos media hora. Después se mezcla el extracto con la misma cantidad de brandy para su conservación. Al resultado final se le llama tintura madre.
Las 38 flores y sus aplicaciones:
Los aceites esenciales y los vegetales puros, tienen infinidad de aplicaciones y un gran poder terapéutico, en cambio desde nuestra revista digital a menudo nos encontramos con muchos usuarios con dudas acerca de sus aplicaciones, ya que se tiene el concepto equivocado de que son meros aceites aromáticos desconociendo la mayoría de sus aplicaciones para la salud.
Por eso hoy vamos a dar muestra de algunas de las aplicaciones más curiosas de estas joyas vegetales.
Recordemos que un aceite esencial es un extracto puro de una planta. Debe ser puro y original, es un componente natural de la planta, no es un componente elaborado por el ser humano ni un perfume. Se extrae del vegetal mediante destilación en la mayoría de los casos, aunque también se puede obtener por presión.
El aceite esencial contiene compuestos químicos muy valiosos para la supervivencia y adaptación de la planta, de ahí que se llame “esencial”. Entre esos compuestos químicos orgánicos se encuentran sus alcoholes, aldehídos, ésteres, fenoles, cetonas... que en su conjunto componen el “principio activo” de la planta, que le da sus propiedades originales y únicas para esa especie, entre ellas sus propiedades aromáticas, medicinales o terapéuticas.
También debemos recordar que aunque lo denominemos aceite no es una sustancia grasa ni oleosa, sino muy volátil, es decir, que es frágil y se evapora con facilidad, por eso los aceites esenciales y vegetales puros han de conservarse en recipientes oscuros y resguardados del frío y el calor.
Muchas veces recurrimos a productos comerciales, artificiales y costosos para tratar dolencias comunes que en la mayoría de las veces podemos tratar de forma mucho más sencilla y barata, por eso hoy vamos a ocuparnos de esas aplicaciones menos conocidas o más curiosas de algunos de los aceites esenciales más comunes:
Aceite esencial de Salvia: la salvia se caracteriza por su gran poder desinfectante, bactericida y cicatrizante. También es conocido por su actividad desinflamante y calmante del dolor por lo que se suele utilizar una gota en infusión para aliviar los dolores de la menstruación.
Aplicación “extra” 1: el aceite esencial de salvia va genial para aclarar la boca en caso de caries, llagas o extracciones (por ejemplo). Acelera la cicatrización, previene infecciones, calma el dolor y limpia en profundidad.
Aplicación “extra” 2: también se utiliza en cosmética para realizar mascarillas purificantes o tónicos para pieles grasas.
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Aceite esencial de Árbol de té: como la salvia, el árbol de té también tiene extraordinarias propiedades bactericidas, y además ayuda a combatir los hongos y los herpes. Se utiliza normalmente para tratar los granos, forúnculos o la piel con tendencia al acné. Por cierto, esta planta nada tiene que ver con la planta del té, son especies totalmente diferentes.
Aplicación “extra”: el árbol de té es un repelente extraordinario para muchos insectos, por eso no solo podrás usarlo para repeler las picaduras de los mosquitos, sino que podrás aplicar unas gotas en el cuero cabelludo de los más pequeños para evitar el contagio de piojos.
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Aceite esencial de Menta: la menta es uno de los aceites con más aplicaciones terapéuticas. Tiene la peculiaridad de bajar la temperatura local allá donde se aplica, ayudando así a mejorar la circulación sanguínea, a desinflamar o a oxigenar los tejidos. Se suele utilizar para tratar con mucho éxito la celulitis, las hemorroides o las varices.
Aplicación “extra”: la menta alivia extraordinariamente el picor y la inflamación, por eso trata muy bien las picaduras de los insectos. Aplicando una sola gota en una picadura, la inflamación se reducirá considerablemente y el picor prácticamente desaparecerá por mucho tiempo.
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Aceite esencial de Ciprés: el ciprés tiene muy buenas propiedades vasoconstrictoras, por eso se utiliza comúnmente para tratar las varices y las hemorroides, así como en la cosmética anticelulitis o drenante.
Aplicación “extra” 1: además de sus propiedades comunes, el ciprés tiene propiedades extraordinarias para tratar el exceso de sudor, por eso, es ideal para realizar tónicos que controlen la sudoración excesiva de pies, manos o cuero cabelludo por ejemplo.
Aplicación “extra” 2: además es un excelente repelente de insectos, por eso un par de gotas en nuestra loción corporal o directamente aplicadas por toda la piel (sin tocar las mucosas), nos mantendrá a salvo de picaduras durante horas.
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Aceite esencial de Limón: el limón es uno de los mejores bactericidas con los que contamos, además de un extraordinario regulador de la acidez, ya que a pesar de su sabor, en nuestro organismo tienen propiedades alcalinas. Se suele consumir principalmente por su sabor, para elaborar postres o bebidas.
Aplicación “extra”: como decíamos, el limón contiene propiedades inmejorables para combatir infecciones y para limpiar de impurezas. Además tiene un gran contenido en vitaminas y sales minerales, por lo que es una sustancia inmejorable para realizar mascarillas faciales por ejemplo. Si mezclamos un par de gotas de aceite esencial de limón con arcilla verde o roja, obtendremos una mascarilla remineralizante y purificante mejor que la mayoría de cosméticos comerciales mucho más costosos.
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Aceite puro de Rosa de mosqueta: este aceite, siempre que sea puro, junto con el aceite de germen de trigo y el de argán, es uno de los mejores cosméticos que podemos utilizar para pieles maduras, con grietas o cicatrices, ya que es altamente nutritivo e hidratante.
Aplicación “extra”: si estás embarazada seguramente temerás el terrible “momento episiotomía” durante el parto, ya que por desgracia es una práctica muy habitual en la mayoría de los países “desarrollados”. Aplicando aceite puro de rosa de mosqueta en la zona vaginal y el perineo, conseguiremos una elasticidad y nutrición mucho mayor y que posiblemente nos libre de la episiotomia a la hora de dar a luz.
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Importante: Para conseguir los resultados esperados de nuestros aceites esenciales o vegetales, es importante que nos aseguremos de su pureza y calidad. No han de contener aditivos artificiales de ningún tipo y han de proceder de plantas cultivadas mediante procedimientos ecológicos. Una planta cultivada con pesticidas y fertilizantes artificiales tóxicos, contendrá hasta un 40% menos de principio activo que una planta cultivada mediante la normativa ecológica.
La salvia es una planta maravillosa con un montón de aplicaciones para la salud por lo que no puede faltar en nuestro botiquín naturópata, pero también existen muchas peculiaridades que debemos conocer para su correcto uso.
Empezaremos explicando que existen muchas plantas cuyo nombre comienza por “salvia”, algunas son de la misma familia, como la salvia roja, salvia romana, salvia negra y la salvia officinalis, y otras no, como la salvia santa, salvia real, salvia blanca o la salvia cimarrona.
Cada una de estas plantas tiene una composición química, y por lo tanto unas indicaciones, pero la que mejores propiedades medicinales tiene es la Salvia Officinalis, así que será a esa planta a la que nos referiremos a partir de ahora como “salvia”.
La salvia es de la familia de las Labiatae, y por lo tanto familia del romero, el orégano, la albahaca, la menta o la lavanda, todas estas especies muy comunes en España.
La salvia sobre todo se utiliza en forma de aceite esencial, el cual se extrae de sus flores y hojas donde contiene mayor cantidad de aceite esencial y por lo tanto de principio activo. Recordemos que el aceite esencial puro es una sustancia altamente concentrada, por lo que debe utilizarse en gotas. Para hacernos una idea mejor de su concentración, para obtener 10 ml de aceite esencial puro necesitaremos aproximadamente 2 kilos de flores y hojas de salvia.
Los aceites esenciales puros no son perfumes ni sustancias solo aromáticas, sino que son sustancias terapéuticas muy poderosas.
El aceite esencial de salvia es un extraordinario bactericida, por lo que podemos utilizarlo en general para tratar infecciones.
El aceite esencial de salvia officinalis contiene una sustancia llamada “tuyona”, que hace que el aceite esté más indicado con usos externos, ya que esta sustancia tiene ciertas peculiaridades con las que hay que tomar precauciones para su uso interno, por ejemplo tiene propiedades abortivas y en grandes cantidades, en general, puede resultar tóxica. En definitiva, el aceite esencial puro de salvia officinalis no deberá ingerirse a no ser en casos muy específicos y siempre sin rebasar la dosis de 3-6 gotas. Por ejemplo podemos añadir una sola gota de salvia en nuestra infusión para aliviar el dolor menstrual o los gases.
Se recomienda el aceite esencial puro de salvia en caso de llagas, gingivitis, piorrea y heridas o infecciones en la boca en general, para lo que deberemos realizar enjuagues (4-5 gotas de aceite puro de salvia en medio vaso de agua), ya que desinfecta y ayuda a cicatrizar. Con esta misma receta, podemos realizar gárgaras en caso de faringitis o amigdalitis producida por infección en la garganta.
En ambos casos después del enjuague o las gárgaras no debemos tragar el preparado.
Los mejores dentífricos naturales suelen contener aceite esencial de salvia, ya que ayuda a combatir las infecciones de las encías y las bacterias que producen caries en los dientes y muelas.
Para las heridas en la piel, granos o forúnculos, podemos aplicar una o dos gotas de salvia y nos ayudará a desinfectar y a cicatrizar rápidamente.
También podemos utilizar el aceite esencial de salvia para regular el exceso de sudoración y para regular nuestra temperatura corporal (mucho frío o mucho calor).
El aceite esencial de salvia también tiene una acción atrogénica, por lo que se utiliza como regulador menstrual y hormonal en casos de dismenorrea o infertilidad femenina, por eso muchos compuestos naturales para el tratamiento de la infertilidad contienen salvia entre sus ingredientes.
Ojo: En caso de lactancia o embarazo no se debe ingerir este aceite.
Aplicación: Después del baño, masajear suavemente describiendo círculos con la palma de la mano, sobre todo espalda, nalgas, pies y pecho. Ayudará al niño a dormir mejor, protegerá su piel, y relajar su musculatura.
Consejo: la piel de los bebés es muy delicada, pero eso no justifica que cada vez más y más niños sufran diversos tipos de dermatitis, alergias, psoriasis, eccemas... Los detergentes (sobre todo los suavizantes), los jabones y cosméticos, ya sean de marcas caras o baratas, contienen todo tipo de aditivos sintéticos muy agresivos. Lo mismo pasa con las tintas textiles. Todo esto debilita la piel del niño que sufre todo tipo de desequilibrios. Te recomendamos utilizar jabón en pastilla para el baño del niño, mejor que líquido, por ejemplo el Jabón de Alepo BIO, es muy recomendado para pieles sensibles o con problemas. Evita los suavizantes y utiliza aceites puros de producción ecológica, en vez de cremas (por ejemplo aceite puro de Caléndula BIO o Almendras BIO).
Sensible al frío o al calor, a la alegría o la tristeza, a reacciones químicas, hormonales, al estrés o la mala alimentación... La piel nos separa, nos conecta y nos protege ante el mundo, por eso debemos cuidarla, pero siempre de manera sencilla y respetuosa. Para ello contamos con una cosmética mejor que la “industrial” y sobre todo, más inteligente.
La piel es un fiel reflejo no solo de cientos de sensaciones, sino también de nuestro estado de salud. Muchas de las dolencias o enfermedades más comunes se reflejan en nuestra piel, por ejemplo el ezcema, la psoriasis, el acné, las estrías, la piel de naranja, los herpes, etc. suelen ser síntomas de otro tipo de desequilibrio de nuestro organismo, como una mala circulación, alergia, intoxicación, estrés, nerviosismo, tristeza, mala alimentación, etc.
Además, a todos los aspectos de la salud de nuestro organismo, hay que sumarle las agresiones externas causadas por la contaminación ambiental o el frío, la sequedad o los rayos UVA del sol.
Por todo esto, para un buen cuidado de la piel es tan importante proteger su salud externa, como cuidar el resto de aspectos internos que le afectan de manera directa.
La cosmética nos ofrece miles de formatos diferentes para cuidar nuestra piel, pero por desgracia, la mayoría de estos productos industriales están creados basándose en normas publicitarias, dejando atrás los principios terapéuticos vegetales y naturales.
Muchos de los cosméticos industriales con los que contamos en el mercado, en muchas ocasiones pueden resultar ineficaces o por el contrario demasiado agresivos, y a la larga pueden romper el delicado equilibrio de salud de la piel.
Para llevar a cabo una cosmética inteligente debemos contar con cosméticos naturales sin adulteral y además, con una pureza del 80/100%, sin residuos químicos y cuidando que sus compuestos vegetales, (procedentes de plantas medicinales), hayan seguido un proceso de cultivo, recolección y envasado respetuoso con su composición química y con sus propiedades terapéuticas o nutritivas. Por ejemplo, para extraer un aceite esencial de bergamota, el aceite de oliva, o el aceite de almendras, es importante que la extracción se produzca mediante presión y en frío, ya que si se aplica calor este aleterará su composición química y disminuirá considerablemente sus efectos terapéuticos.
En muchas fábricas industriales no tienen en cuenta estos aspectos y aplican calor para rentabilizar el producto y extraer hasta la última gota de aceite, pero estos procesos no tienen en cuenta el respeto por el equilibrio natural químico del vegetal y sus propiedades terapéuticas resultantes.
Por otra parte, la cosmética industrial añade a sus productos compuestos químicos “extraños” al ingrediente principal, como conservantes, antiapelmazantes, saborizantes... además de otros tantos para conseguir una textura, aroma o incluso color más atractivos, siguiendo normas publicitarias y baremos de marketing que poco tienen que ver con la practicidad del producto final. Cierto es que muchos de estos compuestos químicos provienen de otros vegetales, pero uno de los problemas es que introducen tal cantidad de estos compuestos, que en el producto final apenas queda un pequeño porcentaje del ingrediente protagonista 'eficaz'; y esto en el mejor de los casos porque en otros, se utilizan compuestos animales o artificiales que no solo resultan ineficaces, sino que a la larga pueden producir alergias, intolerancias, desequilibrio del ph, etc...
Por suerte contamos con una extraordinaria cosmética vegetal y natural de verdad, sin adulterar, pura y de alta concentración y además sin rastro de residuos tóxicos, fertilizantes, pesticidas, manipulación genética y test en animales.
Los aceites esenciales y aceites base, son nuestros mejores aliados para el cuidado de la piel, ya que no solo cuidan su aspecto y su salud por fuera, sino que procuran salud más allá de la piel, penetrando en nuestro torrente sanguíneo y procurándonos salud, belleza y bienestar desde nuestro interior.
Por ejemplo, algunos de los mejores aceites hidratantes con los que contamos son el de almendras (hidratación pieles delicadas), el de coco (super hidratación piel y pelo), el de germen de trigo y el aceite de argán (nutritivos, antioxidantes, epecialmente recomendados para pieles maduras), el aceite puro de jojoba (piel grasa) o caléndula (piel delicada, eccemas, psoriasis, acné...), el aloe vera puro (quemaduras, desinfección, hidratación) o el aceite puro de rosa de mosqueta (cicatrices, marcas, estrías, hidratación).
Los aceites esenciales puros, según la planta de la que procedan, además cuentan con propiedades bactericidas (árbol de té, limón), antiinflamatorias (romero), broncodilatadoras (eucalipto, hisopo), digestivas (bergamota), calmantes (lavanda, ylang ylang), reguladoras de la circulación (menta, romero), etc.
Además, debemos tener en cuenta que la salud se refleja en nuestra piel y por lo tanto es imprescindible cuidar nuestra nutrición, nuestra energía y nuestras emociones para estar guapas y guapos.