Para explicar en qué consiste la aromaterapia debemos empezar explicando primero qué es la fitoterapia. La fitoterapia es una ciencia milenaria que se basa en el estudio de las propiedades curativas de las plantas y su conocimiento y práctica se ha extendido y evolucionado a lo largo de los siglos hasta nuestros días, dando lugar a otras muchas ciencias y estudios acerca de las propiedades terapéuticas de las plantas. Una de estas ramas de estudio y práctica es la aromaterapia.
La aromaterapia es una forma muy agradable y sencilla de utilizar los principios activos de las plantas para conseguir mejoras físicas, emocionales y energéticas.
Se considera una terapia complementaria o alternativa a la medicina convencional occidental que se estudia y pone en práctica por infinidad de terapeutas por todo el mundo. Está basada en tratamientos aplicados mediante los aceites esenciales puros de plantas. A pesar de su nombre, la aromaterapia no se basa exclusivamente en los aromas para obtener sus efectos beneficiosos en el organismo, sino que también utiliza las propiedades químicas terapéuticas de cada planta y los efectos sensitivos que producen en nosotros.
Según estudios llevados a cabo durante el siglo XIX por médicos y científicos como Jean Valnet o Marguerite Maury, desvelaron que el aceite esencial puro, extraído directamente de la planta, tenía más y mejores efectos sobre el organismo que compuestos químicos elaborados artificialmente con compuestos aislados de la misma planta, es decir que descubrieron que, por ejemplo, el aceite esencial de canela o clavo tiene mejores efectos que compuestos químicos artificiales que contienen eugenol (el eugenol se extrae del clavo o la canela).
Por todo esto se puede afirmar que la aromaterapia actúa en el organismo a nivel farmacológico o químico, físico y psicológico, y con unas nociones básicas pero imprescindibles, atendiendo a las precauciones y con unos aceites esenciales puros de calidad (recomendamos ecológicos), se pueden obtener resultados realmente efectivos y sorprendentes en muchos casos.
El Ylang ylang (Cananga odorata L.) es un árbol que crece en la selva asiática. Su esencia se extrae de su flor, que es muy grande y vistosa, y es muy utilizada en perfumería o cosmética ya que tiene un aroma muy dulce y agradable y efectos terapéuticos reconocidos, tanto que es el aceite esencial más utilizado para tratar la depresión.
Entre sus compuestos químicos se encuentra el ácido salicílico, lo que otorga a este aceite esencial el poder de disminuir la presión arterial levemente, ya que es vasodilatador.
Tiene propiedades relajantes y a la vez estimulantes, por lo que es un aceite muy utilizado en casos de depresión o tristeza ya que por un lado ayuda a la relajación, calma la ansiedad y las palpitaciones y ayuda a descansar por la noche, y por otro lado su aroma penetrante y dulce mejora el ánimo y ayuda a estimular sensaciones anímicas positivas.
También es un aceite esencial muy conocido por sus efectos afrodisíacos. Aunque no se tiene una constancia científica de esta propiedad, lo cierto es que desde hace siglos se viene utilizando por esta propiedad en Asia, Tahití o la India, a la vez que también se utilizaba para evitar la malaria, para bajar la fiebre o curar todo tipo de infecciones.
Aunque tiene propiedades digestivas y en algunos casos se recomienda para aliviar las molestias producidas por la cistitis o infecciones intestinales, no se recomienda ingerir este aceite (al igual que la mayoría de aceites esenciales puros), debido a su alta concentración. En caso de que un terapeuta recomiende su ingesta, podrás añadir 2 gotas de aceite esencial en tu bebida, en un zumo, o en una cucharada de miel.
Este aceite es ideal para masajear el cuerpo antes de dormir mezclándolo con un aceite base (almendras, jojoba o coco por ejemplo), también para añadir un par de gotas en nuestra crema hidratante habitual (si es de producción ecológica mejor) y masajear el rostro y aspirar profundamente su olor.
El aceite de coco, como su nombre indica, se extrae directamente de la pulpa del coco. Para conservar sus propiedades intectactas y su salubridad se debe prensar en frío porque el calor y los disolventes industriales estropean el valor nutricional del aceite de coco.
Es un aceite muy valorado y utilizado en el mundo de la gastronomía (galletas, bollería, salsas... ) y en la industria cosmética para la fabricación de jabones, cremas corporales, champús, mascarillas capilares y bronceadores, pero el aceite de coco que se utiliza en la industria cosmética y alimenticia suele ser refinado y por lo tanto de mala calidad.
El aceite de coco solidifica a baja temperatura por lo que en los meses fríos es normal que en vez de aceite dispongamos de manteca. Si queremos aplicarlo en líquido es recomendable derretirlo al baño maría o simplemente fortándolo entre las manos, ya que será calor suficiente para que vuelva a su forma líquida.
Actualmente, existe una gran controversia de si su consumo es beneficioso o no para nuestro organismo, las opiniones son altamente dispares desde los médicos que aseguran que es altamente perjudicial para la salud a otros que dicen que no es sólo bueno, sino que convierte el colesterol malo en colesterol bueno y ayuda a adelgazar, que es la opinión que más adeptos tiene en el mundo de la naturopatía por los resultados obtenidos en estudios recientes.
Mientras que se aclara el asunto nutritivo del aceite de coco, lo que sí se sabe de él es que contiene ácido laúrico, ácido que se encuentra también en la leche materna y que tonifica, protege y suaviza la piel. Al tener ácido laúrico el aceite de coco se convierte en uno de los principales componentes a la hora de confeccionar jabones líquidos, ya que permite crear más espuma rápidamente.
Se usa básicamente para el cuidado y belleza de la piel y el cabello. Está indicado su uso en cabellos secos y encrespados devolviendo su brillo natural y aportando la hidratación extra que necesitan. Hidrata y humedece la piel además de regenerarla y suavizarla, por lo que devuelve un aspecto más sano a aquellas pieles dañadas o excesivamente secas como la de la zona de los talones y los codos. Además su uso está indicado en pieles sensibles.
El aceite de coco es utilizado habitualmente como aceite base para mezclar con los aceites esenciales puros, para tratamientos de aromaterapia o quiromasaje. Recomendamos mezclar el aceite base de coco con aceite ylang ylang o de palo de rosa ya que la combinación de ambos perfumes es muy agradable, además de adquirir unas propiedades extraordinarias para nuestro organismo.
En Polinesia es tradicional hacer baños con aceite de coco para hidratar la piel y friegas en el cabello para suavizarlo. Para hidratar el cabello la mejor opción que hay es aplicarlo sobre el cabello mojado y/o húmedo y dejarlo durante media hora bien extendido en todo el cabello, después lavarlo con un champú adecuado para tu tipo de cabello. Para la hidratación de la piel la mejor opción es masajearla después de la ducha con la piel húmeda hasta su total absorción. A mucha gente no le gusta usar directamente los aceites sobre su piel o cabello por la sensación aceitosa que pueden dejar, en ese caso recomendamos mezclar unas gotas de aceite con tu crema corporal antes de aplicártela en la piel o en la cantidad de champú que vas a usar para lavarte el cabello.
Los aceites esenciales puros derivan de la destilación de la planta medicinal aromática para obtener su esencia, su principio activo en alta concentración. Este principio activo, no solo tiene propiedades aromáticas (el aroma es solo una de sus propiedades), sino también terapéuticas, y de hecho esa es la razón principal por la que se usan estos aceites concentrados.
Los aceites esenciales puros se pueden extraer de las raíces, flores, tallos o frutos de las plantas. Se utilizará en cada especie la parte de la planta que contenga más concentración de principio activo. El principio activo se obtiene por distintos métodos: destilación, maceración, presión... Para obtener un frasquito de 10ml. de aceite esencial puro se emplean en muchos casos varios kilos de su planta.
Los aceites esenciales no son perfumes ni esencias de olor, su aroma es solo una de sus características y propiedades. Sobre todo es importante aclarar que este tipo de aceites no se deben utilizar en quemadores, ya que sería un desperdicio porque como decimos no son solo aromas, y además, al quemarlos algunos perderían sus propiedades tearapéuticas. Existen difusores especialmente diseñados para aromaterapia y los aceites esenciales, pero siempre tendrán mayor efectividad si entran en contacto con la piel. Los aceites esenciales son productos terapéuticos.
Como contienen el principio activo de la planta de la que proviene, lo mejor es que entren en contacto con la piel directamente, y al frotar o masajear, sus partículas también entran en contacto por la nariz, por lo que todo el cuerpo se impregna de sus propiedades. Al ser muy concentrados se deben usar con precaución y en muy poca cantidad, con 3 ó 4 gotas se pueden dar unas friegas en el pecho, por ejemplo, o en alguna zona dolorida, en las articulaciones, en cicatrices, etc., siempre atendiendo a las propiedades de cada aceite esencial.
Puedes añadir unas gotas de aceite esencial a tu leche corporal o a tu crema hidratante facial, así como diluir 2 ó 3 gotitas en agua caliente, mojar con ello una toalla o paño y ponerlo sobre la zona que quieras tratar durante 5 - 10 min.
Pero sin duda te animamos a realizar tus propios aceites terapéuticos, aceites de masaje o cosméticos ya que los aceites vegetales puros resultan más efectivos que la mayoría de los cosméticos comerciales.
Algunos, como los digestivos (por ejemplo el de Bergamota o Menta), se pueden ingerir en forma de gotas disueltas en alguna bebida o mezclados con miel por ejemplo, pero por regla general se recomienda no ingerirlos sin supervisión de un terapeuta porque algunos pueden resultar tóxicos dada a su alta concentración y dependiendo de su composición química. A pesar de esto los aceites esenciales puros se comercializan como sustancias alimentarias, pero si se compran con esta finalidad habrá de tomarlos con precaución y siempre diluidos.
Por regla general, cuando necesitemos ingerir una planta medicial lo más recomendable es utilizarla en forma de tintura madre. Las tinturas contienen también el principio activo puro de la planta, pero ha sido obtenido por maceración en alcohol y están especialmente elaboradas para que podamos ingerirlas. Por ejemplo la tintura de Cola de Caballo nos asegurará la eliminación de líquidos de una forma natural y muy eficaz con tan solo ingerir 20-30 gotas de su tintura al día. >> Ver más información acerca de las tinturas
Otra manera de administrarlos es mezclándolos con lo que se llaman aceites base o aceites portadores, como el de coco, jojoba, germen de trigo o almendras dulces. Son aceites vegetales hidratantes y suaves que van bien con casi cualquier otra esencia pura. Los aceites base se pueden utilizar en más cantidad ya que su propiedad más destacable es que son nutritivos y suavizantes. Se suele preparar 1/2 vasito de aceite base, al que se le añaden unas gotitas de aceite esencial, y con ese preparado se puede masajear el cuerpo durante varios días después de la ducha para activar la circulación por ejemplo, o antes de dormir para conciliar mejor el sueño, como decimos, cada esencia tiene sus propiedades. El preparado que sobra se debe guardar en un frasco oscuro y de cristal para poder utilizarlo en otra ocasión. >> Más información acerca de los aceites vegetales portadores
Es muy importante la pureza y la calidad de los aceites vegetales, puesto que al igual que penetran en la piel y el torrente sanguíneo sus principios activos beneficiosos, si este aceite o la planta de la que proviene contiene residuos químicos de pesticidas o fertilizantes, también van a penetrar en nuestro cuerpo y nuestro sistema respiratorio. Como siempre, os recomendamos utilizar este tipo de productos naturales de producción ecológica certificada, con el fin de asegurar su cantidad y calidad de principios activos y sobre todo asegurarnos de que no contienen productos químicos perjudiciales para nuestra salud.
PRECAUCIONES:
La almendra es el fruto del almendro y de su prensión en frío (para que mantenga todos sus nutrientes intactos) obtenemos su aceite. Las almendras son un fruto seco muy valorado en la dieta mediterránea ya que aporta varias vitaminas y minerales necesarias para nuestro organismo con solo 3 almendras al día. Contiene vitaminas B, B5, B6, D, E, tiamina, riboflavina, niacina y minerales como el zinc, hierro, potasio y magnesio.
Existen dos tipos distintos de aceite de almendras, el de almendras dulces y el de almendras amargas, es muy importante no confundirlos porque el de almendras amargas es tóxico debido a que libera ácido cianhídrico en contacto con agua o la saliva provocando problemas graves en la salud. Este tipo de aceite se usa exclusivamente como aromatizante.
El aceite de almendras dulces se puede usar tanto por vía interna como externa. Es un fuerte hidratante para las pieles y cabellos más castigados, es emoliente y suaviza y devuelve la belleza de las pieles con grietas. Además es antiinflamatorio por lo que se puede usar después de sufrir una insolación o quemaduras. También está indicado en casos de dermatitis y psoriasis. Por vía interna se usa como laxante, con sólo dos cucharadas es suficiente. También se ha evidenciado que su consumo ayuda a eliminar el colesterol y toxinas de nuestro cuerpo.
Su textura es suave y ligera y está indicado para pieles sensibles, incluso de niños pequeños, además las alergias al mismo son casi inexistentes. El aceite de almendras se usa habitualmente como aceite de masaje y como base en aromaterapia mezclando un par de gotitas de aceite esencial puro de cualquier planta medicinal con un par de cucharadas de aceite de almendras.
Tradicionalmente se ha usado para las afecciones de los oídos como los tapones o dolores debidos al frío, se recomendaba echar en cada oído 4 o 6 gotas al día y después taparlo con un algodón, de esta manera el tapón se reblandecía con el aceite. Después de tres o cuatro días de tratamiento se debían de lavar con agua templada usando una jeringuilla.