Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), los aditivos son “sustancias no nutritivas añadidas intencionadamente a los alimentos, normalmente en pequeñas cantidades, para mejorar su apariencia, sabor, consistencia o su conservación”. Sabemos que algunos son necesarios para mantener el modelo de consumo actual, pero ¿también son perjudiciales?
La mayoría de los productos que consumimos hoy en día contienen gran cantidad de aditivos, casi todos sintéticos. Indudablemente, muchos de ellos imprescindibles para el producto resultante, pero la cuestión es ¿tienen estos aditivos alguna consecuencia sobre nuestra salud?.
Pues si, parece que muchos de estos aditivos si que tienen malas consecuencias sobre nuestro organismo, algunas consecuencias conocidas, y otras desconocidas. El gran problema no es el aditivo en si, sino la cantidad que ingerimos. Es decir, como prácticamente todos los alimentos del mercado llevan aditivos, al final nuestro organismo se encuentra saturado de estos compuestos artificiales, y ahí es donde pueden venir los problemas. Por lo tanto podemos afirmar que uno de los problemas se encuentra en la dosis, no en el compuesto en si.
Otro de los problemas es que algunos aditivos están en proceso de estudio para evaluar su impacto en nuestro organismo, y aún así ya llevan tiempo utilizándose. Muchos de ellos, está comprobado que no son tóxicos, pero se desconoce cual es la dosis máxima recomendada y si puede tener algún efecto secundario a largo plazo. Es decir, hoy en día se desconoce si estos compuestos pueden tener efectos nocivos en nuestro organismo a largo plazo o por exceder la dosis.
Por otro lado, nos encontramos con que los aditivos no son las únicas sustancias “extrañas” del alimento, sino que el producto también cuenta, la mayoría de las veces, con restos de pesticidas, fertilizantes químicos artificiales o alteraciones en su cadena genética, por lo que la combinación de todos estos compuestos juntos puede dar lugar a reacciones imprevisibles en nuestro organismo. A esto hay que añadir las particularidad de cada organismo, la deficiencia de algún órgano, cantidad de alcohol en sangre, enfermedades o la ingesta de medicamentos.
Por ejemplo, para muchas asociaciones de consumidores y muchos científicos, más del 30% de las enfermedades graves de nuestra sociedad se podrían evitar con una alimentación más sana, mejorando los hábitos alimenticios y la calidad de los mismos, donde entran en juego estas sustancias junto con los pesticidas y fertilizantes.
Las golosinas, helados, bollería industrial y caramelos son los productos que mayor cantidad de aditivos contienen, en particular emulsionantes sintéticos de dudosa inocuidad (en Alemania muchos de ellos están prohibidos). Paradojicamente es un mercado orientado al público infantil y no existe una información clara al respecto. Se administran dosis más elevadas de estas sustancias en los alimentos destinados a los cuerpos infantiles, más pequeños y vulnerables.
Todos los aditivos son calificados por Sanidad como: “inocuo”, “no tóxico”, “tolerable” o “-”.
Casi la mitad de los aditivos utilizados están calificados como “no tóxicos”, y esto significa que no resultan tóxicos, pero tampoco resultan completamente inocuos.
En este grupo entran todos los aditivos dudosos o aún sin evaluar o actualmente en estudio.
Aunque se utilizan muchísimos más, os dejamos alguna muestra de estos compuestos “no tóxicos”:
En realidad, este tipo de sustancias son necesarias para sostener el actual sistema de consumo, ya que se consume demasiada carne, que necesita demasiado grano para su alimentación y por otro lado los alimentos son transportan miles de kilómetros todos los días y a todas horas. Quizá el problema de base es que seguimos un sistema de consumo equivocado, y deberíamos cambiar primero nuestros hábitos alimenticios, para que este tipo de prácticas sean innecesarias con el paso del tiempo.
Para evitar el consumo de este tipo de sustancias:
El estreñimiento es un problema muy común en nuestra sociedad, y un problema que puede tener consecuencias graves para la salud, por lo que hay que intentar evitarlo por todos los medios posibles. Es una deficiencia intesntinal producida por la falta de defecación que provoca inflamación, acumulación de heces en el recto y en muchos casos intoxicación por la acumulación de residuos en los pliegues intestinales o atrofias más graves.
Todos los expertos en salud y nutrición nos recomiendan una dieta rica en fibra, pero aún así, se suelen tomar medidas puntuales y no llegamos a incorporar la fibra a nuestra dieta como una parte imprescindible. Muchas enfermedades leves como el estreñimiento, pueden llegar a convertirse en otras muy graves, como el cáncer de colon, y entre otras causas es debido a una dieta pobre en fibra. Hoy vamos a explicar la importancia de esta sustancia para nuestras vidas.
Todos los alimentos contienen nutrientes, necesarios para otorgar energía y protección a nuestro organismo. Estos nutrientes son Proteínas, Hidratos de carbono, Grasas, Sales minerales, Agua y Vitaminas. La fibra no forma parte de estos nutrientes porque no 'nutren' nuestro organismo, pero forma parte de otro tipo de sustancias que se denominan 'lastre'. Lo que comunmente llamamos fibra, son varios tipos de hidtratos de carbono vegetales: celulosa, mucílagos, pectina y gomas.
Se divide en dos tipos:
Nuestro cuerpo no puede digerir la fibra, y es este aspecto precisamente el que convierte a la fibra en un componente esencial para la salud de nuestro organismo. Algunas de sus funciones:
[El estreñimiento es uno de los problemas más comunes que se deriva de una dieta equivocada y unos hábitos poco saludables y produce graves problemas de salud. Sin ir más lejos, el cancer de colon tiene una relación directa con el estreñimiento y las dietas pobres en fibra, ya que cuando se produce estreñimiento crónico, los resíduos se acumulan en las paredes del intestino grueso (colon) y literalmente se pudren, lo que provoca la aparición de bacterias o sustancias tóxicas que intoxican el organismo. Esa 'putrefacción' debilita la salud de las paredes intestinales lo que favorece la aparición del cáncer de colon.]
Por otro lado, existe una vertiente de nutricionistas que advierten de que una dieta con exceso de fibra puede causar algunos trastornos nutricionales según la siguiente teoría: Como sabemos, los nutrientes de los alimentos ya digeridos son absorbidos en nuestros intestinos, y desde ahí pasan al torrente sanguíneo. Como la fibra recubre las paredes de los intestinos, en exceso puede evitar que nutrientes necesarios como el calcio y el hierro sean absorbidos por nuestro organismo. No es habitual que esto ocurra y sucedería por ejemplo si sólo se ingiere un tipo de fibra en mucha cantidad y a la vez se bebiese poca agua. Por eso, para evitar esto, lo mejor es ingerir más cantidad de agua junto con la fibra, y sobre todo, que esta sea variada, es decir, que proceda tanto de vegetales, cereales, semillas y frutas, que por otro lado, aportan gran cantidad de nutrientes, vitaminas y sales minerales.
Algunos productos de naturales que aportan una dosis extra de fibra o alivian problemas de estreñimiento:
Es uno de los hongos más utilizados en toda Asia en la Medicina Tradicional China, y recientemente se ha puesto muy de moda en occidente gracias a diferentes estudios de la OMS que han reconocido su poder anticancerígeno y para recuperar el sistema inmunológico.
(Ganoderma lucidum) es un hongo rojizo, brillante y extremadamente amargo que crece directamente de los troncos de los árboles de forma natural en zonas asiáticas, pero en el resto del mundo se suele producir en cultivos controlados.
Farmacológicamente contiene terpenoides amargos, que inhiben la liberación de histamina, es decir, actúan como antialérgicos naturales, esteroides (ganodosterona), ácido oléico, polisacáridos, lectinas, vitaminas B, C y D, alcaloides, germanio y calcio.
Según la medicina china, el reishi es poco menos que el hongo de la inmortalidad y la longevidad ya que tiene buenos resultados en tratamientos de enfermedades de todo tipo así como en la prevención de las mismas. Por un lado, refuerza y recupera el sistema inmunológico, por lo que se utiliza como medicina complementaria para tratamientos oncológicos, ya que refuerza el organismo e inhibe el crecimiento tumoral. Por otro lado, se ha demostrado que es un excelente antiviral, sobre todo como herramienta preventiva de todo tipo de virus. También destaca su poder protector del hígado, ya que reduce los niveles de trasaminasa y bilirrubina entre otros, es decir, ayuda a recuperar un hígado castigado o debilitado, y como consecuencia, ayudará a su buen funcionamiento, consiguiendo la desintoxicación del organismo con una mejor calidad de la sangre. Previene la aparición de alergias y ayuda a tratar sus síntomas. También se han obtenido buenos resultados en el tratamiento del Alzheimer y otras enfermedades neuronales degenerativas.
Los tratamientos con reishi están recomendados sobre todo para la recuperación del organismo después de tratamientos fuertes con quimio o radioterapia, después de sufrir graves enfermedades víricas y para depurar el organismo de las secuelas que dejan los tratamientos químicos muy agresivos. También para prevenir enfermedades graves víricas, degenerativas o cancerígenas, así como para personas con debilidad o fatiga crónica o tendencia a sufrir múltiples reacciones alérgicas.
En la medicina tradicional china desecan este hongo para utilizarlo en infusiones o cocciones. En occidente debido a su gran sabor amargo, se suele preferir su consumo en forma de cápsulas o tabletas.
Las personas diabéticas deben tener especial cautela a la hora de consumir reishi ya que puede afectar a los niveles de glucosa en sangre.
Aunque la Spirulina Máxima se conoce normalmente como Alga espirulina, en realidad no es un alga común, sino una microalga unicelular, es decir, una bacteria que vive en ríos o lagos de agua dulce y en zonas tropicales, aunque también se han adaptado a aguas saladas o incluso volcánicas. Es un organismo unicelular microscópico, su única célula no tiene núcleo, lo que la distingue de las células animales o vegetales. La espirulina se agrupa creando colonias que parecen una planta acuática, un alga, y forma hélices o espirales de color azul y verde, de ahí su nombre Espirulina (las bacterias que forman tirabuzones se denominan de morfología 'espiroqueta') o Alga azul.
La mayor concentración de espirulina del mundo se encontraba en un lago de México, Texcoco, fuente natural de algas y plantas terapéuticas para los Aztecas. Hoy por hoy este lago ha desaparecido debido al crecimiento de la población y sus ciudades y apenas queda de él alguna laguna, balsa o charca aislada, pero continua la tradición terapéutica de la espirulina.
La Espirulina pertenece al grupo de las cianobacterias debido a su condición de realizar la fotosíntesis oxigénica, es decir, convierte el dióxido de carbono en materia orgánica, mediante la energía solar, y en el proceso desprende oxígeno, para lo que contiene gran cantidad de clorofila, por eso su color verde, lo que le confiere gran parte de sus propiedades terapéuticas.
La espirulina es un complemento alimenticio excepcional, sobre todo en dietas con bajo contenido animal o en dietas especiales para curar la anemia. Tiene un alto contenido en fibra, proteínas y hierro, por lo que la ONU (Organización de Naciones Unidas), después de llevar a cabo varios estudios, la ha declarado un gran aliado contra la malnutrición. Contiene los aminoácidos esenciales para el organismo humano, y es más fácil de digerir que las proteínas de la soja, o de la carne por supuesto. También contiene melatonina, betacarotenos (precursor de la vitamina A) en mayor concentración que las zanahorias, y sobre todo contiene clorofila, ya que es un almacén natural de clorofila. Su alto contenido en fibra hace que la espirulina sea un buen complemento en dietas de adelgazamiento, dietas depurativas o ayunos.
Existen numerosos estudios acerca de las propiedades anticancerígenas de la espirulina y su ayuda en tratamientos contra el cáncer, sobre todo en la prevención del cáncer. Por su alto contenido en antioxidantes (betacarotenos, clorofila y vitamina C), se considera que el consumo de espirulina ayuda a la regeneración celular de los tejidos y así puede prevenir la aparición de enfermedades degenerativas. Hoy por hoy se están llevando a cabo muchas investigaciones relacionadas también con la capacidad de la espirulina para reforzar el sistema inmunológico, en particular en relación a enfermedades como el sida, el cáncer o algún tipo de intoxicación por metales.
La espirulina tiene gran fama, sobre todo en Norteamérica, ya que se la considera eficaz para la pérdida de peso.
En realidad no se ha demostrado que la espirulina ayude a perder peso, a pesar de que se han realizado varios estudios al respecto. Lo cierto es que la espirulina es muy buen complemento alimenticio, ya que provee al cuerpo de las proteínas necesarias. También contiene fibra que ayuda a sentirse saciado y disminuir un poco la sensación de hambre. Por otro lado, a penas contiene grasas y ayuda a depurar el hígado sobrecargado por la asimilación de proteínas animales o por la toma de medicamentos y otras sustancias tóxicas o difíciles de eliminar para nuestro organismo.
Por todo esto, y dado que no existen evidencias ni compuestos químicos que hagan de la espirulina un complemento adelgazante, lo que si podemos afirmar, siguiendo los resultados de los estudios realizados y por su composición química y orgánica, es que es un buen complemento alimenticio, y que ayudará a nuestro cuerpo a mantenerse fuerte y sano, proveyéndolo de los nutrientes necesarios, reforzando el sistema digestivo, depurando nuestra sangre y oxigenando y regenerando células.