El gomasio es un preparado de origen asiático muy nutritivo y sabroso, mucho más recomendable que la sal de mesa refinada común, ya que no solo aporta más nutrientes, sino que da menos sed y alcaliniza. Pero vayamos por partes...
El gomasio es un complemento con una gran tradición en Japón, donde lo elaboran artesanalmente moliendo sésamo y sal marina, tostados a fuego lento previamente, con un mortero estriado de cerámica 'suribachi', en una proporción de 12:1 (12 partes de sésamo + 1 parte de sal).
El sésamo o ajonjolí que se utiliza para preparar el gomasio, es muy rico en ácidos grasos oleico (omega-9) y linoleico (omega-6), vitaminas del grupo B y E (antioxidante) y minerales entre los que destaca el Calcio.
El gomasio es muy recomendado como aporte complementario de Calcio, Yodo, Fósforo, Sodio y Potasio. El aporte de calcio del sésamo es mayor al de la leche de vaca, con todas las ventajas de ser un producto vegetal. Es uno de los alimentos más ricos en Calcio de la naturaleza.
También tenemos que destacar su aporte protéico, ya que es muy rico en aminoácidos, que recordemos que es lo que necesita nuestro organismo para 'fabricar' nuestras proteínas.
Una de los beneficios más destacables del gomasio, a parte de su riqueza nutricional, es que es un alimento altamente alcalinizante, es decir, combate y contrarresta la acidez del pH de la sangre causante de desequilibrios y enfermedades.
Es muy antioxidante, lo que significa que retarda el envejecimiento celular que provoca el deterioro del organismo.
Desde un punto de vista energético y macrobiótico, el gomasio es un alimento fundamental y básico en nuestra dieta, ya que equilibra nuestro Yin y Yang, mejorando nuestra inmunidad natural y previniendo desequilibrios y alteraciones en nuestras funciones metabólicas.
Lo puedes encontrar ya preparado, molido y tostado, para añadirlo a todos los platos que desees (en crudo), por ejemplo arroces, ensaladas, pastas… Con una cucharadita será más que suficiente y enriquecerá tus platos de forma extraordinaria.
Su sencillez hace que sea un alimento muy fácil de digerir y de 'aprovechar' desde el punto de vista nutritivo, y además es muy barato!
Sobre todo si estás embaraza, eres madre o estás en el periodo de menopausia, habrás oído cien recomendaciones acerca del calcio que debes ingerir, pero como en todo lo concerniente a nuestro organismo y salud existen muchas medias verdades y muchos mitos que debemos desmontar y muchas evidencias que debemos conocer para entender nuestra salud, por eso hoy explicamos que con respecto al calcio, no todo es ingerir leche.
El Calcio es el mineral más abundante en nuestro organismo.
Junto con el Fósforo, la vitamina D y el Magnesio principalmente, se encarga de formar y mantener los huesos y los dientes, pero además interviene en la transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción muscular y la coagulación sanguínea.
Con respecto a nuestra salud, tanto un déficit como un exceso de calcio en nuestro organismo pueden acarrear problemas de salud.
Parece lógico pensar que cuanto más calcio ingiramos, más calcio vamos a tener en nuestro organismo y más fuertes van a crecer nuestros huesos, verdad? Entonces, si tomamos mucha leche de vaca, muy rica en calcio, tendremos asegurada la cantidad de calcio en nuestro cuerpo, no? Pues no. En la naturaleza los procesos no son tan sencillos y existen muchos factores que intervienen en nuestro metabolismo, por eso con respecto al calcio debemos saber qué:
Conclusiones: la mayoría del calcio que consumimos se elimina o se acumula en forma de cálculos, por eso es importante por un lado consumir alimentos ricos en calcio pero que a la vez favorezcan su absorción.
Si se da un déficit de calcio en nuestro organismo, con una dieta “normal”, seguramente no sea por un bajo consumo de lácteos, sino por una dieta rica en carne, aditivos, azúcar refinado, exceso de sal o fármacos que dificultan la absorción de calcio, “estropean” la función renal y a la vez acidifican la sangre. Si se dan problemas severos como la osteoporosis, seguramente tengamos una pérdida excesiva de minerales, acompañada de una mala absorción intestinal, ante lo que un aporte extra de calcio no servirá más que para producir cálculos renales.
Conclusión: si nos fijamos, con respecto a los minerales (igual que con la mayoría de sustancias de nuestro organismo) la clave está en el equilibrio. Los minerales “trabajan en equipo” en proporciones muy concretas, por eso, cuando tomamos un complemento alimenticio a base de un mineral, debemos tener en cuenta que el exceso de un mineral promoverá seguramente la eliminación de otro. Por poner un ejemplo concreto: para que el calcio sea bien absorbido en el intestino, se debe encontrar en una relación de 2 “unidades” de calcio por una de fósforo. Si se rebasa esta cantidad de fósforo, el organismo eliminará la combinación, que se estima que es lo que ocurre con la leche de vaca, mientras que la leche humana contiene estos minerales en la proporción idónea para nuestro organismo.
Conclusión: una dieta equilibrada, variada y rica en crudos vegetales, conseguirá que nuestro organismo cuente con la cantidad equilibrada de sales minerales o oligoelementos, sin necesidad de recurrir a tomar 3 vasos de leche al día, ni complementos alimenticios minerales (pastillas), además de de mantener la salud del metabolismo por el aporte de otras tantas sustancias como enzimas, vitaminas, aminoáy antioxidantes.
>> Una cucharada de sésamo o de algas aportará la misma o mayor cantidad de calcio a nuestro organismo que un vaso de leche de vaca.
Elena Cibrián, Naturópata y nutricionista
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