Muchos estudios llevados a cabo por científicos, farmaceúticos, químicos o médicos a lo largo de todo el mundo han demostrado en diferentes estudios el daño que producen los pesticidas en el cuerpo de los seres humamos y en el medioambiente.
Los pesticidas fueron una solución cómoda para la lucha contra el hambre, ya que lograron abastecer las necesidades alimenticias demandadas, pero hoy por hoy, no solo se ha demostrado que no ha sido útil para disminuir el hambre del mundo, sino que su toxicidad está provocando daños irreparables en nuestros cuerpos, nuestros alimentos y en nuestros recursos medioambientales.
La toxicidad de los pesticidas utilizados actualmente, depende evidentemente del tipo de pesticida en concreto, del tiempo de exposición, del estado de salud del cuerpo que sufre sus efectos, etc... Los niños, embarazadas y enfermos, son más sensibles a la intoxicación. Teniendo en cuenta estas consideraciones se han realizados numerosos estudios por personas y organizaciones competentes que dejan una clara evidencia de que la exposición a los pesticidas (en general) es perjudicial para la salud humana. También hay que tener en cuenta que estamos muy expuestos a estos elementos químicos tóxicos, ya que los pesticidas se encuentran en los alimentos, en el aire, en los parques urbanos, en la tierra, en el agua..., se filtran y expanden con facilidad y tardan años en perder sus propiedades. Por otro lado, los resultados de las pruebas realizadas aseguran que una exposición en pequeñas dosis pero constante durante años puede ser igual de perjudicial que una sola dosis concentrada.
Según estudios realizados, los pesticidas más tóxicos para el ser humano que se están utilizando actualmente, se encuentran en China, África, e India. Allí van a parar la mayoría de pesticidas que son desestimados en occidente porque son declarados como áltamente nocivos. La magnitud del problema afecta no solo a estos países, sino a los consumidores de los productos de esos países, es decir, en la mayoría de los casos, occidente. Este dato debería ser irrelevante, ya que si una persona es dañada por estos productos, no debería importar si es de oriente u occidente, pero este dato demuestra que guste o no, todo y todos estamos conectados, y que los problemas que pillan de lejos, al final se nos muestran muy de cerca.
- Según datos de la OMS, anualmente se intoxican dos millones de personas por exposición directa o indirecta a plaguicidas. De ese total, 3/4 partes de afectados pertenecen a países subdesarrollados. El principal mal que producen los pesticidas en nuestro organismo, es que inhiben enzimas cruciales para la vida, y eso produce fallos en nuestro organismo, fallos conocidos hoy por hoy, y lo que es igual de peligroso, fallos aún no conocidos.
- La EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos), ha realizado diversos estudios a cerca de la toxicidad de estos productos, estimando como áltamente nocivo, incluso letal el DDVP o Vapona (organofosforado). Este producto se prohibió para uso doméstico hace décadas en EEUU y en Argentina, por ejemplo, pero se sigue utilizando en distintos lugares del mundo para regar cultivos de tabaco, campos de golf, parques públicos, plagas domésticas, etc... La EPA estimó en estudios con animales que 3 gramos y medio de DDVP son suficientes para producir la muerte en un humano de 70 kilos.
- Estudios realizados por el Departamento del IIBCE (Laboratorio de Neurociencia Molecular, Uruguay), concluyen que "los Organofosforados y Carbonatados, son inhibidores de las colinesterasas y producen efectos colinérgicos generalizados considerados responsables de un significatio porcentaje de las 200.000 muertes anuales conocidas, ocasionadas por pesticidas."
- Estudios realizados por la Sociedad Médica y Farmaceútica de Chile, y financiados por la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, concluyeron que "una alta proporción de la población humana tiene riesgos considerable de sufrir alteraciones reproductivas o del desarrollo, las que pueden manifestarse a través de condiciones tan variadas como infertilidad, aborto, malformaciones físicas o deficiencias funcionales a nivel neurológico, endocrino o inmune."
- PAN AP (Pesticide Action Network for Asia and the Pacific), lleva años realizando estudios que demuestren e intenten reparar el gran problema de los trabajadores de las plantaciones de palma aceitera en Malasia, ya que sufren serios trastornos de salud como daños sistémicos, malformaciones fetales, problemas hormonales y de fertilidad, vulnerabilidad a otras enfermedades, etc... Esta organización denuncia el maltrato hacia los trabajadores ya que no se les informa de que están trabajando con productos tóxicos, en muchos casos incluso les quitan las etiquetas de advertencia a los evases antes de repartirlas a los trabajadores, no se les ofrece ropa adecuada que les proteja y son tratados con dureza por los servicios médicos a los que acuden. Denuncian también uno pesticidas en concreto que pueden resultar mortales en humanos, el Endosulfán, que es un insecticida químico que actúa directamente sobre el sistema endocrito y nervioso, 2,4-D dimetilamina y el Diuron, potenciales cancerígenos; el Glifosato, la Cipermetrina y, el Maneb, pesticidas potencialmente capaces de afectar el sistema endocrino, o el Paraquat, que daña las vías respiratorias, produce hemorragias, dermatitis y úlceras intestinales.
- Greenpeace ha denunciado en varias ocasiones las pruebas de efectividad en humanos, llevadas a cabo por grandes farmaceúticas como Bayer. Las pruebas tenían la finalidad de demostrar que una persona no es más sensible a la dosis de pesticida que un animal, es decir, que a un humano le afecta igual o en menor medida que a determinados animales... Desde 2001 la EPA ya no admite las pruebas con humanos.
A pesar de los estudios y denuncias a lo largo de todo el mundo y durante años, no se terminan de implantar medidas concretas y eficaces y el problema persiste y empeora. Por otra parte, existen síntomas que aparecen semanas o incluso meses después de la exposición aguda, por lo que es difícil que sean diagnosticados como intoxicaciones, en el caso de las exposiciones más leves pero contínuas, son casi imposibles de diagnosticar, ya que pueden existir muchas otras causas para esos síntomas y la intoxicación a penas se tiene en cuenta en el diagnóstico a no ser que se haya estado expuesto a una dosis alta y claramente reconocible.