Cada vez es más común que los niños sufran todo tipo de trastornos autoinmunes desde sus primeros meses de vida, tanto es así que damos por sentado que nuestros hijos van a sufrir dermatitis, problemas respiratorios, intolerancias alimenticias, diabetes, alergias y otra tanta colección de problemas que nada tienen que ver con la infancia “natural” sino más bien con los hábitos equivocados de nuestra sociedad y sus múltiples contaminantes alimentarios y ambientales.