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Alergias desde el punto de vista de la naturopatía

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Cualquier terapeuta hoy en día es consciente del gran problema que supone para la sociedad la alergia, lo complicado que resulta tratarla en muchos casos y el deterioro de calidad de vida que causa en las personas que lo padecen; pero aunque muchos estamos realmente alarmados con lo que está ocurriendo, las instituciones parecen estar tranquilas vacunando y medicamentando de por vida a 1 de cada 3 personas convirtiéndolos en enfermos crónicos desde niños. 

La alergia se ha convertido en un problema tan grave en nuestra sociedad que está siendo considerada una epidemia, ya que solo en España se calcula que un 35% de la población sufre algún tipo de alergia y se estima que en 10 años afectará al 50% de la población. Pero estas cifras todavía pueden ser más escandalosas cuando tenemos en cuenta que la mayoría de las personas que sufren alergias son niños, ya que es muy raro encontrar una persona mayor de 70 años con alergia.

Nuestro sistema inmune es un inmejorable sistema de defensa natural, que se ha ido adaptando y perfeccionando a lo largo de nuestra historia hasta nuestros días, pero en nuestra sociedad desarrollada son muchas las circunstancias que “descolocan” a nuestro sistema inmunitario: el estrés, la contaminación ambiental, el exceso de antibióticos y medicamentos, la intoxicación alimentaria, el uso indiscriminado de disruptores endocrinos, etc.

Desde el punto de vista alopático, la alergia es una reacción exagerada del sistema inmune ante un alérgeno, cosa que según nos dicen no tiene cura ni explicación y solo se remedia huyendo de por vida de la sustancia que nos causa esa reacción o vacunándonos durante largos periodos de tiempo para ir aumentando la tolerancia hacia esa sustancia.
Pero ¿realmente nos convence el hecho de que una nuez por ejemplo sea la causante del problema?, a mi como terapeuta desde luego que no, porque ya tenemos suficientes estudios a nuestro alcance como para considerar esa teoría oficial obsoleta y afincada exclusivamente por protocolos e intereses económicos, porque ¿qué sentido tiene que sigan insistiendo en aplicar los mismos métodos que no solo no curan, sino que cronifican el problema y suponen un gasto económico tan alto para el paciente?.

Los estudios más recientes y avanzados nos dan otros puntos de vista sobre el problema de la alergia.

Para empezar, debemos considerar la alergia como un desequilibrio autoinmune. Es decir, el problema reside en nuestro interior, en nuestro sistema inmune alterado que es en lo que nos debemos centrar, no en la nuez que nos causa los síntomas. Partiendo de esta base es fácil darse cuenta de que huir de las nueces (siguiendo con el ejemplo) no nos va a solucionar el problema de la alergia, entre otras cosas porque las personas alérgicas suelen ir sumando alérgenos hasta completar listas de hasta 50 sustancias de las que deberían huir de por vida, es decir, hoy puedes tener alergia al polen, pero si no cambias nada, en 3 meses seguramente además tengas alergia a los gatos, a las fresas, a las rosas y al cacahuete. Y suma y sigue. Esto es porque la nuez no era el problema, sino un sistema inmune desequilibrado al que no estamos prestando atención.

Además, desde un punto de vista energético, el estrés y la forma de vida que promueve nuestra sociedad, es uno de los factores clave que desestabilizan nuestra inmunidad, ya que la ansiedad sumada al miedo, al egocentrismo y la insatisfacción personal habitual en nuestros días, causa una desestabilización energética de nuestro sistemas inmune, nervioso y endocrino a veces muy grave.

El estrés, además de producir bloqueos energéticos, provoca una química destinada a adormecer nuestras defensas, poniendo nuestro cuerpo en “modo ahorro” para facilitar una respuesta inmunitaria eficaz ante el supuesto peligro (imaginario) que nos amenaza. Este estado de alerta casi perpetuo confunde a nuestro metabolismo desde varios puntos a la vez, uno de ellos el destinado a reconocer qué supone un peligro real y qué no para nuestra existencia.

El exceso de higiene se ha considerado como otra de las causas posibles de la alergia, ya que un entorno de asepsia casi total desde que nacemos, provoca que el sistema inmune no se desarrolle correctamente desde las primeras semanas de vida y baje su umbral de tolerancia hacia las sustancias extrañas… será un sistema inmune débil y asustadizo. Este problema que sería fácil de evitar concienciando a los padres sobre los hábitos tan estrictos de higiene que se suele tener con los bebés, producto de una crianza basada en el miedo.

Un bebé que nace hoy y es vacunado contra cualquier infección, bañado prácticamente todos los días, alejado de cualquier animal, del polvo, de los ácaros, casi de cualquier alimento y de cualquier sustancia con la que tendrá que convivir el resto de sus días, es un bebé que no podrá crear su particular libro de instrucciones inmunitario que es lo que realmente le mantendrá a salvo toda su vida. No solo contentos con aislarlo de su hábitat natural, además será limpiado con toallitas higiénicas desechables al menos 5 veces al día, por lo que nuestro pobre bebé de ejemplo está condendado a sufrir algún tipo de alergia a una edad temprana casi con seguridad. Las toallitas de bebé, parecen inofensivas, pero no lo son. Son tan desinfectantes que podrían utilizarse para limpiar los cuartos de baño perfectamente, pero sobre la piel de los bebés arrasa con cualquier microorganismo bueno y malo dejando la piel yerma y desprotegida, y por lo tanto hipersensible (piel atópica). Comienza así la cadena de desequilibrios que causa una mala salud.

Pero esta teoría por si sola tampoco termina de convencer a muchos terapeutas, como a mi, ya que criminaliza a los adultos y prácticamente les responsabiliza de un problema que ni mucho menos tiene una única raíz. Sin duda el exceso de higiene no es saludable y puede causar desequilibrios, pero son muchos otros los factores que influyen en este problema autoinmune.

La teoría que más fuerza está cogiendo en los últimos años y la que más me convence a mi personalmente, es la que explica la alergia como una consecuencia natural y lógica, no como un fallo de nuestro organismo, sino una reacción normal a un entorno agresivo y tóxico para nuestro organismo. La contaminación ambiental, la contaminación alimentaria con pesticidas y fertilizantes, la manipulación genética de nuestros alimentos, la multitud de productos de limpieza a los que estamos expuestos, disruptores endocrinos en tejidos, envases, pinturas, cosméticos, perfumes, etc. Con este panorama ambiental cotidiano, es fácil de entender que nuestro sistema respiratorio se inflame cerrando el paso a tal cantidad de sustancias tóxicas, nuestras hormonas sexuales estén confundidas con tantas hormonas falsas (disruptores endocrinos), nuestras mucosas erosionadas y nuestros sistemas digestivos intoxicados. Como consecuencia, un sistema inmune que tiene que reaprender a tolerar sustancias que van en contra de nuestra naturaleza y son agresivas para nuestra salud. Por eso, hasta que nuestro organismo se adapte a este nuevo escenario tóxico, probablemente seguiremos sufriendo las consecuencia de esta desnaturalización y esta locura tóxica que nos invade, y mientras solo podemos intentar recuperar un entorno más natural para cada uno de nosotros, unos hábitos saludables, una nutrición natural y un organismo libre de tóxicos y fuerte.

La alergia se puede tratar desde la naturopatía con éxito y puedes recuperar tu bienestar abordando el problema desde un punto de vista global.

Si sufres alergia y quieres recuperar el equilibrio desde la raíz del problema, podemos estudiar tu caso personalizado para buscar soluciones integrativas y saludables a largo plazo.

Elena Cibriánwww.tunaturopata.es

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Elena Cibrián

Con tu decisión y mi orientación trabajaremos para recuperar tu bienestar desde la naturopatía.

Soy naturopata y nutricionista con estudios complementarios de Quiromasaje, Iridología, Terapia Ortomolecular, Oligoterapia, Psicología del color y Aromaterapia entre otras.
Con mi experiencia y formación he podido comprobar que el equilibrio perdido se puede recuperar muchas veces de forma más sencilla de lo que pensamos. Muchas veces solo es cuestión de recuperar la visión global de uno mismo y dar los pasos adecuados.

Website: www.tunaturopata.es Email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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