20 de April de 2024 Última actualización 8 de Dec, 2022 - 07:54

Escuchate Psicologos Madrid, Susana y LuisSentirse perdido, infeliz, frustrado o en el camino equivocado son emociones que nos rondan demasiado frecuentemente en nuestra sociedad, y la Terapia Gestalt puede ayudarnos mucho en este sentido. Para explicar mejor en qué consiste esta terapia hemos tenido la suerte de contar con la experiencia y amabilidad de Susana Gacituaga y Luis Gómez, ambos psicólogos en el centro Escúchate Psicólogos Madrid que han respondido nuestras preguntas para ti. - Fotografías de Berta Delgado - 

¿Qué es la terapia Gestalt? 

La terapia Gestalt es una corriente psicológica que se incluye dentro de la Psicología Humanista. Como tal se enfoca en el desarrollo personal más que en la solución de un síntoma concreto o un diagnóstico de "enfermedad". Desde aquí, el proceso terapéutico no se orienta directamente a la eliminación del síntoma, sino que pone el acento en que la persona adquiera un conocimiento sobre sí misma que le facilite la salud emocional, permitiéndole tomar las riendas de su vida con más claridad. Los síntomas son reflejo de que algo no va bien, cuando reconocemos la dificultad y somos capaces de hacernos cargo de aquello que no va bien, el síntoma deja de ser necesario y tiende a desaparecer. El trabajo terapéutico favorece el "crecer" personal, y es este crecimiento el que hace que el síntoma desaparezca.

Fritz Perls (padre de la Gestalt) definía la salud emocional como el estado en el que el individuo es capaz de verse a sí mismo como el conjunto de las diferentes partes de su personalidad y puede integrar estas partes como un todo que acepta y utiliza de manera saludable.

La terapia Gestalt tiene como base esta definición de salud. Cuando una persona puede sentirse integrado y salir de sus peleas internas, actuará en favor de sus necesidades reales. Cuando la neurosis (mecanismos inconscientes) interfieren el "darse cuenta" o el "percatarse" de uno mismo, las necesidades quedan ocultas tras la acción mecánica o neurótica. Cuando esto ocurre, nos sentimos incompletos, perdidos, sin saber cómo ni por qué hemos llegado a ese malestar.

A veces en terapia utilizamos este ejemplo para explicar el trabajo terapéutico a personas que no conocen la Gestalt y que vienen a nuestro centro:

Hablamos de que todos tenemos unas gafas con las que vemos el mundo, gafas que hemos creado para protegernos (mecanismos de defensa). Andamos por la vida con ellas sin saber que las llevamos y sin saber cómo alteran la realidad interna (ese verse completo del que habla Perls) y externa (el mundo, las relaciones...). Cada uno de nosotros tenemos las nuestras, hechas de pedazos de nuestras vivencias y nuestro carácter, y cada una tiene su manera. Sean como sean, todas tienen el mismo fin, alterar el color y provocar la distorsión adecuada para que aquello que nos dolió mirar, no vuelva a aparecer nunca.

En terapia uno puede identificar qué gafas son las suyas, para qué están ahí, qué limitan mirar y qué distorsionan. Y poco a poco aprender a mirar sin ellas o con ellas de manera voluntaria. Las gafas acaban siendo una opción, cada uno decide si la utiliza o no, dependiendo de lo que necesite o lo que pueda sostener en cada momento. La libertad interna llega cuando las gafas dejan de ser parte de ti y se convierten en un recurso posible y no impuesto.

 

Escuchate Psicologos Madrid¿En qué se diferencia de la terapia psicológica “convencional”?

La primera diferencia se encuentra en el punto de partida del proceso. Como decíamos, la definición de salud emocional está relacionada con la aceptación y la conciencia de uno mismo, esto marca tanto el recorrido terapéutico como las técnicas con las que se realiza este recorrido.

En las terapias en las que el objetivo es la ausencia del síntoma inicial, las sesiones se centran en la eliminación de este síntoma con unas u otras técnicas, me refiero a las corrientes conductuales y cognitivas, en las que el proceso se orienta a la eliminación de lo que molesta, sin necesidad de trabajar sobre las vivencias, por lo que este ejercicio de búsqueda no es necesario.

En Gestalt se busca que la persona tome conciencia y responsabilidad sobre aquello que es y que hace. Por ello las recetas, los consejos y maneras de hacer de otras corrientes no tienen mucho espacio.

En terapia Gestalt, el proceso terapeútico se apoya en el concepto de "Autoregulación Organísmica". La autoregulación organísmica hace referencia al principio de que es el propio individuo el que encontrará el camino de su salud. Por ello, las sesiones se enfocan a la toma de conciencia para que este camino esté libre de distorsiones neuróticas.

Las técnicas propias de la terapia Gestalt son también un aspecto de diferenciación. La silla vacía, que facilita el trabajo con las partes internas en conflicto, la apropiación de lo que se dice, el trabajo sobre el presente, sobre los "deberías" y los "no puedo" que todos llevamos en el disco duro... Todas estas técnicas facilitan este completarse y aceptarse en lo que uno es. Son técnicas que posibilitan que el trabajo esté centrado en el presente, lo que sucede en la sala, y desde ahí se puedan resolver situaciones que quedaron inconclusas en un pasado. El trabajo con el presente en Gestalt es fundamental, por ello el traer las dificultades a la sesión es muy valioso. No se habla sobre lo que pasó y se debió de hacer, sino sobre lo que está pasando y lo que se siente, y desde esta vivencia (presente) uno siente, piensa y decide lo que hacer.

Pero si algo diferencia a la terapia Gestalt es sin duda el rol que el terapeuta ocupa. Para que todas estas técnicas y este trabajo sobre el presente funcionen , el terapeuta tiene que estar presente, ser activo en lo que pasa, y en como se siente. Facilitar que exista una relación real, con emociones reales, y situaciones reales. Los terapeutas Gestalt estamos presentes en el sentido amplio de la palabra, nos emocionamos, devolvemos lo que sentimos sobre lo que vemos siempre que sea en beneficio del paciente, facilitamos relaciones reales que ayudan a la resolución de los miedos y conflictos fuera de la sala. Por ello, es muy fácil que si una misma persona acudiera a dos terapeutas diferentes, las vivencias y lo que pasara en las sesiones, fuera muy diferente. La terapia Gestalt tienen mucho de la persona que lo hace, es creativa, espontánea y se apoya en la relación entre dos personas. Según sea el carácter del terapeuta y del paciente se originaran situaciones diferentes. No es una terapia de manual, no hay guiones previos, sino que se trata de un acompañamiento genuino a la persona que favorece este proceso de crecimiento.

 

¿En general, cómo reconocer que necesitamos terapia psicológica? 

Cuando sentimos la necesidad de ir a terapia es porque hay algo que nos está limitando o nos está haciendo incómoda la vida. Los síntomas pueden ser muy variados, dependiendo de la situación que se atraviesa y del carácter de la persona.

Muchas veces el malestar está asociado a una situación que altera la vida tal y como la conocíamos (fallecimientos, enfermedades, cambio laborales, divorcios). Estos cambios pueden abrir un malestar suficiente como para sentir la necesidad de ir a terapia para recuperar el bienestar de nuevo.

Otras veces no está clara la causa de malestar y entonces las posibilidades son muchas:

  • A veces es el cuerpo el que avisa con síntomas de ansiedad, taquicardias, enfermedades, agitación..
  • Otras veces es la emoción la que se manifiesta; tristeza , ansiedad, agresividad, celos, envidia...
  • En ocasiones pueden ser síntomas conductuales repetitivos que tienen que ver con acciones que no nos gusta y hacemos sin poder detenernos; obsesiones, relaciones insanas.,compras compulsivas..
  • E incluso el síntoma puede estallar más en el pensamiento; rumiaciones, pensamientos negativos , miedos, ...
  • También podemos sentir la necesidad de explorar lo que somos. La crisis vitales, los momentos de incertidumbre, la necesidad de entenderse son buenos aliados para comenzar un proceso terapéutico.

El síntoma es la manera en que el cuerpo puede avisar de que algo marcha mal. Así que cualquiera de ellos nos está poniendo en aviso.

 

¿En qué situaciones puede ayudarnos la terapia Gestalt? ¿podéis darnos algunos ejemplos concretos?

Todos las situaciones descritas arriba son el inicio de una terapia, independientemente de la corriente. En Gestalt es posible trabajar un problema de insomnio, de bulimia, de miedo o de crisis vital. No es una cuestión de que haya motivos de inicio más Gestálticos que otros. Evidentemente si alguien parte de una necesidad de autoconocimiento debería buscar una terapia de corte humanista, ya que técnicas más basadas en la sintomatología no podrían cubrir esa necesidad. Pero si una persona siente necesidad de ir a terapia por un síntoma concreto ya es ella la que debe de valorar y elegir el tipo de proceso que quiere. No depende tanto de la situación de inicio, sino de qué es lo que se quiere. A veces vienen personas que acuden a nuestro centro con una demanda sobre el proceso, por ejemplo, quiero aprender técnicas para dejar de fumar, o tengo una fobia a los aviones pero no quiero hablar sobre mi vida... En estos caso y con independencia del síntoma es evidente que nosotros no podemos ayudarla en su objetivo y los derivamos a otro tipo de profesional.

Escuchate Psicologos MadridEn eso somos los primeros que intentamos dejarlo claro desde el principio. No dejamos de atender o derivamos a una persona por lo que le pase, sino por lo que quiera hacer con lo que le pasa.

Nosotros pensamos que las técnicas psicológicas son muy amplias y que no hay mejores o peores, siempre hay una que es la que necesitamos en el momento en el que nos encontramos. Y es la persona la única que puede decidir sobre ello.

 

A algunas personas les da cierta “pereza” acudir a terapia, ¿a qué creéis que se debe? ¿es importante superar esa “pereza”? ¿no puede ser un mecanismo de adaptación o protección en muchos casos?

Si, por supuesto. Cuando hay pereza es que hay necesidad. Si no hubiera necesidad la pereza sobraría. Es decir, nadie siente que no le apetece ir al medico si no es una realidad previa el que tienen que ir. Mecanismos neuróticos de evitación y emociones puramente humanas como el miedo y la desconfianza, son algunas de las posibilidades que generan esa pereza, o esa evitación de acudir a terapia.

Hay muchas maneras de decirse a uno mismo que realmente no lo necesitamos y estamos bien. "No estoy tan mal, hay gente peor", "tengo que salir solo/a de esto", incluso situaciones familiares o secretos escondidos que da miedo contar.

Muchas veces vienen a terapia personas que han recorrido una larga lucha interna contra sus defensas por venir a terapia y es después de años de sentir la necesidad cuando se deciden. Un día el síntoma se hace más preocupante que la evitación y acaban cogiendo el teléfono y llamando.

También hay que contar con que vivimos en un país en el que ir al psicólogo no está bien visto.
Muchas personas además de contra los mecanismos interno tienen también que pelear con el miedo a ser juzgado.

 

Después de vuestros años como terapeutas ¿habéis llegado a alguna conclusión sobre cuales son las causas de sufrimiento mas comunes? ¿existen causas sociales?

Muchas veces el malestar parte de la lucha interna, podríamos decir que es uno de los puntos más comunes en los procesos terapéuticos. Es muy habitual que internamente surjan peleas entre partes nuestras encontradas o en conflicto, diferentes partes que pelean por destapar al culpable o la equivocada. A si como la negación sobre alguna parte nuestra que no nos gusta y no aceptamos. En ambos casos la lucha se hace muy dolorosa y genera mucha inseguridad y miedo. Cuando uno cree que necesita escapar de aquello que es en sí mismo o de aquello que siente y no le gusta sentir, el sufrimiento es mucho.

Escuchate Psicologos MadridOtra situación muy habitual aparece cuando la perfección o la imagen guían el modelo de lo que deberíamos ser. Cuando esto ocurre dirigimos nuestra energía hacia esta especie de aniquilamiento interno y autopersecución que nos paraliza y daña. Cada vez que algunos de nosotros ponemos la energía en quitarnos algo que nos es propio (emoción, característica, vivencia, deseo...) para cambiarlo por lo que "debería ser", el dolor del desarraigo es muy intenso.

En ambos ejemplos la sociedad es un claro determinante. En sociedades capitalistas y positivistas tendemos a tener o no tener, ser buenos o malos, nos definimos y comparamos constantemente sobre todo y sobre todos. Desde muy pequeños, crecemos en un entorno que nos marca que tenemos que ser o que debemos de ser; de los buenos y no de los malos, de los guapos y no de los feos, de los que tienen carrera y no de los que dejan de estudiar antes.... Competencias, desprecios, estereotipos.. que alteran el contacto con nuestro verdadero deseo. Es muy difícil escuchar a alguien hablar de la felicidad sin tenerla asociada a una meta o a un privilegio. La felicidad más humana, más tranquila, la que tiene que ver con la paz interior y la aceptación de lo que somos, casi nunca es nombrada. Y cuando aparece, está narrada como una especie de psicomagia que le quita valor y la convierte en una utopia 

Otro motivo serían las situaciones vitales dolorosas en sí. Situaciones de duelo, pérdidas o enfermedades, situaciones vitales complicadas que nos hacen pasarlo mal y que muchas veces son también el foco del inicio de un proceso.

Normalmente todo lo relacionado con la muerte, tanto las situaciones de duelo como de enfermedades propias o ajenas, son procesos dolorosos que levantan la venda sobre la mortalidad humana. Que a pesar de estar tan presente en el mundo, no solemos tener presente. Nos las hemos apañado (neuróticamente) para provocar cierta anestesia a esta realidad que nos mantiene lejos de la realidad de la muerte. Socialmente somos una cultura que ha optado por una especie de ignorancia de la muerte, incluso un desafío al envejecimiento cada vez más presente que se refleja en un vivir sin conciencia del propio envejecimiento e incluso de la propia enfermedad. La desconexión del cuerpo y su salud y la no aceptación del envejecimiento como recorrido natural de vida, hace que estas situaciones se nos presenten asociadas a muchos fantasmas. Además del dolor y el miedo asociados a la situación en sí, hay que sobrellevar el otro, el miedo y el dolor a estos fantasmas de lo que hemos ido evitando. Muchas veces, este cara a cara con la realidad de la mortalidad y la enfermedad, es muy duro de atravesar por la falta de conciencia con la que estamos acostumbrados a transitarlo. Y en los que la sociedad tiene una gran influencia.

 

¿Qué deberíamos potenciar en nuestros hijos para que aprendan a vivir y sentir con su propia identidad en la madurez?

Cuando trabajamos con padres y madres es muy bonito ver como el trabajo que ellos van haciendo en terapia tiene un claro efecto sobre la salud emocional de sus hijos/as.

  • El respeto por lo genuino, la escucha emocional, la presencia, la mirada sin juicio que en terapia se aprende a hacer con uno mismo se devuelve a los hijos/as. Esto es lo que todos necesitamos y ya hemos olvidado cómo se hace. Los niños saben hacerlo y probablemente lo vayan perdiendo poco a poco, nosotros como adultos podemos ayudarles a que no lo guarden demasiado lejos de la conciencia.
  • El respeto y aceptación de lo que son y no lo que deberían ser por ser hijos nuestros.
  • La escucha de lo que les pasa y no de lo que les debería pasar para ser mejores o para molestar menos, o para que sea más fácil para nosotros/as.
  • La presencia y el amor como padres y madres de manera genuina y no a cambio de actos o concesiones.
  • La mirada limpia de aceptación que no les haga tener miedo o rechazo a lo que son, sin juicio, sin comparación.

Para hacer esto los adultos normalmente tenemos que luchar con muchos fantasmas, unos más duros que otros. La inseguridad de hacerlo bien, los miedos propios, los deseos de que sean de una manera que ciegan el poder ver lo que son, el orgullo de que sean lo que nosotros no pudimos ser, el miedo a que no sean de los mejores, o incluso miedo a quererles mucho...

Estaría bien que les potenciaremos a ellos, y para eso hay que verlos. Verlos y amar lo que son es el mayor de los tesoros que podemos dejarles.


Escuchate Psicologos MadridESCÚCHATE PSICÓLOGOS MADRID
Susana Gacituaga y Luis Gómez 
www.escuchatepsicologosmadrid.es / 696 887 472
- Fotografías de Berta Delgado -

Durante los últimos años muchos profesionales sanitarios han optado por la terapia ortomolecular en sus tratamientos, también conocida como nutrición celular. En realidad su práctica se lleva realizando desde hace décadas por nutricionistas, médicos y naturópatas, pero ahora se reconoce el término ortomolecular que aúna las bases de esta terapia.

El Premio Nobel de Química (1954) y Medicina (1969), Linus Pauling, fue el creador del concepto Ortomolecular, pero no fue el único, ya que Abram Hoffer (oncología ortomolecular y psiquiatría), Carl Pfeiffer (bioquímico y médico), Michael Leser, Roger Williams, Leonard Mervyn, Louis de Brouwer (biólogo) o Otto Warburg (Nobel de Medicina) también acreditaron la terapia ortomolecular.

¿Qué es la medicina ortomolecular?

Es la ciencia sanitaria que se encarga de restablecer la salud y el equilibrio metabólico y químico del organismo mediante los nutrientes.
Está basada en la premisa de que la mayoría de las enfermedades frecuentes de nuestra sociedad no se desarrollarían si el organismo contase con un aporte óptimo de nutrientes, es decir, nutrientes necesarios y en la cantidad necesaria para cada organismo y sus circunstancias.
La terapia ortomolecular actúa desde un punto de vista preventivo pero también curativo, ya que muchas enfermedades están basadas en desequilibrios metabólicos-químicos del organismo, y por lo tanto desaparecen al restablecer el equilibrio de nutrientes y su aporte a las células.

¿Cómo actúa?

En la práctica, la terapia ortomolecular actúa completando el cuadro nutricional necesario de cada persona, basándose en sus circunstancias personales, una correcta nutrición y en la suplementación guiada. Los 3 puntos son igual de importantes, ya que la toma de suplementos nutricionales variará en función de las circunstancias y nunca sustituirá a una correcta alimentación.

Macronutrientes y micronutrientes

Los nutrientes son los “ladrillos” que componen nuestro cuerpo y hacen posible su vida. Gracias a nuestro metabolismo convertimos los nutrientes en tejidos y también en energía necesaria para que tengan lugar todas las reacciones fisiológicas que hacen posible la vida.

  • En gran cantidad (macronutrientes): Proteínas, Grasas, Carbohidratos, Agua
  • En menor cantidad, pero esenciales para el bienestar (micronutrientes): ácidos grasos esenciales (omega), vitaminas, minerales, aminoácidos, fibra, probióticos, enzimas y otros nutrientes accesorios (plantas medicinales y compuestos con alto valor metabólico).

La medicina ortomolecular cuenta con suplementos sencillos basados en estas sustancias nutritivas, por lo tanto, no son medicamentos, sino alimentos fraccionados, comprimidos y concentrados, y por lo tanto su toxicidad es prácticamente nula en la mayoría de los casos y en otros casos muchísimo menor que la mayoría de medicamentos.

¿Para quién es recomendable?

La terapia ortomolecular es adecuada para cualquier persona, enferma o no, en cualquier etapa de su vida, pero especialmente para personas que viven en sociedades “desarrolladas”.
Existen algunos factores muy comunes en nuestra sociedad que causan carencias nutricionales y por lo tanto hacen necesaria una dieta cuidada y una suplementación en muchos casos:

  • La contaminación agroalimentaria con pesticidas, fertilizantes tóxicos.
  • El procesamiento alimentario con cientos de aditivos.
  • Una cultura gastronómica incorrecta, con exceso de carne y cocinados a altas temperaturas.
  • Abuso de medicamentos.
  • Toxicidad del organismo por el alcohol, el tabaco, la contaminación, las drogas, los aditivos...
  • Actividad física excesiva o insuficiente, que modifica nuestras necesidades nutricionales específicas
  • El estrés, que agota nuestras reservas de nutrientes. Este es uno de los factores más importantes.


¿Por qué megadosis de nutrientes?

La terapia ortomolecular es reconocida por recomendar “megadosis” de nutrientes, es decir, dosis más altas de nutrientes de lo consideradas como “normales” hasta ahora. Esto es porque las recomendaciones diarias establecidas como normales según las instituciones gubernamentales están obsoletas, es decir calculadas en base a condiciones de vida que no tienen nada que ver con las condiciones de estrés y nutrición de nuestros días. Por otro lado están otra basadas en las cantidades mínimas para sobrevivir, no para vivir con calidad de vida y libres de enfermedades.
Hay quién apunta a que estas cantidades obsoletas recomendadas por las instituciones y muy por debajo de lo que hoy recomienda la ciencia, responden a intereses económicos de la industria médico-farmacéutica, ya que los nutrientes son baratos y de fácil obtención y además, al ser alimentos, no medicamentos, no se puede patentar su uso. Es decir, aunque son tratamientos prácticos no son rentables para la industria farmacéutica.
Uno de los casos más notorios, es el de la Vitamina C, para la que el CSIC recomienda 45 mg/día y la medicina Ortomolecular en cambio recomienda aproximadamente 20.000 mg/día. Otro ejemplo no tan llamativo, el CSIC (España) recomienda 330 gramos de Magnesio al día para lo que la medicina ortomolecular recomienda entre 1.000 y 2.000 mg al día (según circunstancias).

Las CDR (Cantidades Diarias Recomendadas) o CDO (Cantidades Diarias Orientativas) son valores orientativos, no objetivos individuales, ya que las necesidades de nutrientes pueden variar mucho de unas personas a otras dependiendo de su edad, su sexo, su enfermedad, su trabajo, su alimentación, etc.

El terapeuta ortomolecular

Es necesario tener ciertos conocimientos biológicos y fisiopatológicos (enfermedades) para poder diseñar una terapia ortomolecular adecuada, es decir, el suplemento que a una persona le ha ido muy bien, no tiene por qué ir bien a otra persona, ya que las necesidades de cada uno dependerán básicamente de su alimentación, de su condición física y de sus circunstancias (salud, actividad, contaminación, edad, sexo, estrés emocional, equilibrio hormonal...). Por todo esto, si queremos seguir una terapia ortomolecular correcta no bastará con tomar unos u otros suplementos ya que es necesario contar con la experiencia y formación de un terapeuta ortomolecular, médico o naturópata que conozca a fondo el funcionamiento de los nutrientes y su relación con las principales enfermedades.
Además, para tratar cualquier enfermedad es necesaria una visión global de la persona, desde un punto de vista físico y emocional y no basarse en una sola terapia (ortomolecular o no), ya que en lo que se refiere a la salud, el éxito se consigue trabajando desde varios pilares a la vez.

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Elena Cibrián
Naturopatía y Coaching sanitario
www.tunaturopata.es
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Oligoterapia

La oligoterapia es la ciencia naturópata que estudia las sales minerales y oligoelementos en relación con la salud, utilizándolos en pequeñas cantidades para tratar los desequilibrios de estas sustancias causantes de enfermedades.

La oligoterapia aplica oligoelementos con el fin de corregir un estado carencial o con el fin de producir un efecto catalítico mejorando la función de las enzimas (acelerando los procesos metabólicos).

¿Qué son las sales minerales y los oligoelmentos?

Recordaremos brevemente que las sales minerales son nutrientes no orgánicos necesarios para los seres vivos e imprescindibles para nuestras funciones fisiológicas. Como la mayoría de los componentes de nuestro organismo, han de encontrarse en equilibrio, es decir: tanto un exceso como un déficit provocará enfermedad más o menos grave.
Las sales minerales son necesarias para la formación de huesos y dientes, y son fundamentales para transmitir la electricidad, por ejemplo para transmitir los impulsos nerviosos, para la formación de hormonas, para la regulación de la cantidad de agua en el cuerpo, para facilitar las reacciones enzimáticas y en definitiva para que tengan lugar multitud de reacciones químicas y metabólicas básicas para la vida.

Las sales minerales se clasifican en macrominerales (se encuentran en cantidad en el organismo), como el Calcio, y en oligoelementos (se encuentran en pequeñas cantidades en el organismo), como el Cobre.
Los oligolementos se nombran como en la tabla periódica: Zinc (Zn), Cobre (Cu), Azufre (S), Litio (Li), Yodo (I), Manganeso (Mn), Fósforo (P), etc...

Las Diátesis

Jacques Menetrier (terapeuta y fundador de la oligoterapia – principios del s. XX-), definió 4 diátesis para clasificar a todos los seres humanos según su predisposición a las diferentes enfermedades o trastornos emocionales.
Para aplicar un tratamiento de oligoterapia es imprescindible tener en cuenta la diátesis del paciente, ya que a cada diátesis le corresponden unos oligoelementos base a los que deberemos añadir los oligoelementos complementarios para tratar el trastorno concreto.

  • Personas que pertenecen a la diátesis 1:
    Son optimistas, pasionales, sufren de cambios de humor, tienen dificultad para el autocontrol y para madrugar pero a lo largo del día se van cargando de energía. Suelen sufrir ansiedad, menstruaciones dolorosas, dolores musculares, hipertiroidismo, naúseas y alergias.

  • Personas que pertenecen a la diátesis 2:
    Prácticamente lo contrario de la diátesis 1, son personas tranquilas, ordenadas y con tendencia al pesimismo y la indiferencia (poco pasionales). Son metódicas, tienen buen autocontrol y buena predisposición para madrugar, aunque por la tarde suelen estar agotados. Suelen sufrir alergias, problemas respiratorios (asma, bronquitis, rinitis...), cistitis, hipotiroidismo, otitis, sinusistis, retraso en el desarrollo, dermatitis y artrosis.

  • Personas que pertenecen a la diátesis 3:
    Suele darse en adultos después de los 40, con sensación de envejecimiento prematuro y baja autoestima. Suelen sufrir hipersensibilidad, angustia y miedo. Físicamente sufren cefaleas, hipertensión, impotencia, problemas circulatorios, problemas renales o trastornos autoinmunes.

  • Personas que pertenecen a la diátesis 4:
    Las personas que se encuentran en esta diátesis se encuentran a un paso de sufrir enfermedades graves o depresión. Sufren problemas de memoria y concentración, sienten desinterés general, indiferencia sexual, pesimismo, angustia y pocas ganas de vivir.


¿Cómo se utilizan los oligoelementos?

Los oligoelementos han de ser administrados por un naturópata o experto en este tipo de terapia ya que para que el tratamiento sea efectivo se ha de realizar una combinación apropiada y un buen estudio del desequilibrio a tratar. Se utlizan tanto para prevenir enfermedades como para curarlas, dando muy buenos resultados en la mayoría de los casos.

Suelen ser tratamientos de 2 meses de duración aproximadamente y durante ese tiempo se deberá tomar dosis diaria de oligoelementos.
La mejor manera de tomar oligoelementos es el gotas sublinguales (bajo la lengua).
La oligoterapia da muy buenos resultados para tratar las dermatitis, alergias, disfunciones sexuales, migrañas, trastornos durante la menopausia, otitis, sinusitis, infecciones víricas, etc...

Las terapias con oligoelementos no tienen efectos secundarios ni describen toxicidad alguna, en el peor de los casos, si no se combinan correctamente o no se tiene en cuenta la diátesis, no ocurrirá nada.

★ Si te interesa un tratamiento con oligoterapia puedes consultar www.tunaturopataonline.com

Una de las terapias naturales más placenteras y completas es la terapia ayurvédica, además cada vez más se encuentra al alcance de todos nosotros gracias a expertos en este campo como Marisol Dy Sanchez (en la foto), terapeuta ayurvedica, a quién os presentamos en esta entrevista para aclarar algunos conceptos.

Marisol Dy Sánchez es diplomada por ICH. Naradeva Shala de São Paulo/Brasil y por Arya Vaidya Trainning de Coimbatore/India.
Es especiaista en Terapia Marma, y desde 2008 trabaja con Ayurveda, empezando en São Paulo/Brasil, hasta retornar a España en 2010 donde trabaja en diversos centros de Asturias.

¿Cómo describirías el ayurveda?
Ayurveda es una ciencia y filosofía del bien vivir. Un profundo conocimiento heredado por la milenaria cultura hindú y que habla de armonía en la relación del hombre consigo mismo, con su entorno y con la naturaleza.

¿Cuales son los pilares en los que se basa la medicina ayurvédica?
La medicina ayurvedica se basa en la teoría de los 5 elementos: aire, espacio, fuego, agua y tierra.
Según Ayurveda, todo lo que existe está formado por una mezcla exclusiva y particular de estos 5 elementos. Así también son nuestros cuerpos y aquello que nos alimenta.
Cada persona tiene su composición única que le confiere características físicas y mentales. Estas combinaciones son conocidas como Doshas, un término del sánscrito que no tiene una traducción literal para el castellano, pero, se podría entender como Metabolismo. Esa mezcla, que se da en la concepción, es nuestra Prakruti (otro término sánscrito), que definiríamos como el estado original de equilibrio.
También se basa en el concepto conocido como Gunas, que representa Calidad. Pueden están relacionadas a las características atribuidas a los Doshas, como: frío, estable, ligero, untuoso, seco, móvil, etc; y también en nivel mentales: sattva (claridad), rajas (acción), tamas (inercia).

¿Qué son los Doshas? ¿cómo distinguir cuál nos corresponde?
Los Doshas son principios metabólicos que actúan en todos los cuerpos vivos.
Son tres: Vata, Pitta y Kapha.

  • Vata Dosha es la mezcla de los elementos aire y espacio. Las Gunas de estos elementos confieren a este dosha características de estos elementos: frío, sequedad, movilidad, ligereza, aspereza, irregularidad. En todos los cuerpos hay presencia de Vata en las funciones relacionadas al movimiento (circulación sanguínea, impulsos nerviosos, parpadeo, peristaltismo, batimiento cardíaco, inspiración, exhalación, etc…)
  • Pitta Dosha es la mezcla de fuego y agua. Las características de este dosha son: caliente, ligero, fluido, agudo, penetrante, ligeramente aceitoso. En los cuerpos, Pitta está relacionado a procesos de transformación (digestión y metabolismo en todas sus fases, cambios celulares, inteligencia, etc…)
  • Kapha Dosha mezcla los elementos agua y tierra. Como resultado, sus características son: peso, frío, humedad, estructura, dureza, estabilidad, untuosidad, letargo, volumen. En los cuerpos Kapha está asociado a estructuración y cohesión (crecimiento, lubrificación, humedad, estabilidad, fuerza).

Entonces, todos tenemos los 3 doshas actuando en nuestros cuerpos y procesos metabólicos a todo instante. Muy bien!
Ahora, ¿cómo saber cuál es su dosha predominante? Pues a través del autoconocimiento y la deducción con base en la auto observación.

O sea, ¿cómo es mi estructura ósea? ¿Soy estrecha, delgada de huesos y venas aparentes? ¿Mi piel es seca? ¿Tengo tendencia a estreñimiento? ¿Soy friolera? ¿Soy muy creativa e irregular? ¿Estas calidades son muy típicas de qué Dosha? Vata!

O entonces… tengo estructura proporcional, una piel caliente y rosacea, apetito insaciable, soy determinada y organizada, de mirada penetrante y me gusta liderar. ¿Qué Dosha nos puede conferir estas características? Pitta!

O quizás… soy ancha de cuerpo, o muy alta y grande, tengo una piel fuerte e hidratada, grasa, mis ojos son grandes, mis pestañas y pelo son fuertes y abundante, soy calmada, cariñosa y me encanta comer… Pues estas son características del Dosha Kapha.

Generalmente las personas tienen dos Doshas que se sobresalen más. Vata-Pitta / Pitta-Kapha / Vata-Kapha son ejemplos. En una consulta, se suele aplicar un cuestionario y también observar el comportamiento (gestos, manera de hablar), además de exploración física (tocar las manos, coloración de la piel, estructura del pelo, mirar los ojos y la lengua, etc…).
Todas las terapias de Ayurveda buscan mantener el equilibrio original de los Doshas en el cuerpo.
Cuando algún Dosha se agrava, genera un desequilibrio, conocido como Vikruti

>> Puedes realizar un test para descubrir tu Dosha aquí

¿La terapia ayurvédica es apta para personas de cualquier edad o condición física?
Si, en principio cualquier persona puede tratarse con las terapias de ayurveda, teniendo en cuenta su edad y un conocimiento previo de su situación general.
Los masajes son contraindicados cuando hay alguna enfermedad contagiosa, gripe, trombosis o en casos de cáncer aún sin tratamiento. Sin embargo, aquellas personas que se someten a quimioterapia, podrían tratarse y beneficiarse inmensamente de un buen trabajo de masaje ayurvédico, siempre que tengan permiso de su médico para eso.
Los Panchakarma, tratamientos de purificación donde se emplean acciones de mayor impacto como vómitos y diarrea terapéuticas, además de ser obligatoriamente acompañados por un médico ayurvédico, son indicados para adultos hasta aproximadamente los 68 años.

¿En qué tratamientos resultan más eficaces los masajes ayurvédicos?
El masaje ayurvédico actúa no solo en nivel físico, sino que principalmente en el campo sutil.
La anatomía ayurvédica engloba el cuerpo sutil y su sistema de canales energéticos, los Nadis, además de los Srotas (canales de secreción y nutrición), los Malas (excretas) y Dhatus (tejidos corporales, 7 en total).
La utilización de los aceites correctos, según la Prakruti o la Vikruti, actúan directamente en el Prana (la energía vital que está íntimamente relacionada al Vata Dosha), que circula por todo el cuerpo y es responsable por las funciones vitales de todos los órganos y sistemas. El terapeuta en realidad, es un conductor de esta energía pránica, y para eso necesita trabajar a sí mismo, manteniendo su equilibrio energético y emocional.
Sus movimientos son armonizantes y drenantes y varían según el Dosha: Vata más suave y calmo, sin tanta presión; Pitta más ritmado, aplicando presión en la musculatura; Kapha necesita un masaje más viguroso, que le despierte y nos permite realizar un trabajo en los tejidos más profundos.
Por todo eso, los masajes ayurvédicos tratan desde problemas como dolores, esguinces, rigidez, sensación de peso, cansancio, parálisis, hasta fribromialgia, migrañas, insomnio, depresión, nerviosismo, agitación mental y todas las enfermedades de origen nerviosa (esclerosis, parkinson, alzheimer), eliminando toxinas, mejorando la calidad de la piel, el sueño, la digestión y la inmunidad. Eso, obviamente, siguiendo un rutina donde el masaje esté inserido.


Desde el punto de vista del ayúrveda, ¿qué papel juega la alimentación en nuestra vida?
Importantísimo! Para Ayurveda, comida es medicina. Cada comida es una oportunidad de reconstruirse.
Las comidas están hechas de los mismos 5 elementos que nos componen.
Conocer la Prakruti y principalmente cuidar la Vikruti a través de la alimentación, ayudan a mantener el equilibrio orgánico.

La comida ayurvédica principalmente debe contener alimentos frescos, variados, de origen vegetal y orgánico, cultivados en nuestro entorno y que sean de la estación. Nada de comida basura, enlatada, procesada, envejecida y muerta, sin energía vital (Prana).

No se hablan de carbohidratos, proteínas y grasas, sino que los alimentos se clasifican en 6 sabores, cada cual con sus elementos y atributos:

  • dulce (tierra y agua) – frío, aceitoso, pesado (arroz, cereales, pastas, azúcares)
  • salado (fuego y agua) – caliente, aceitoso, pesado (sal, carnes, salsa de soja)
  • ácido (tierra y fuego) – caliente, pesado, aceitoso (limón, yogurt, tomate, algunas frutas)
  • amargo (aire y espacio) – frío, ligero, seco (verduras, lechugas, cúrcuma, café)
  • astringente (aire y tierra) – frío, intermedio (frijoles, patatas, zanahorias, maíz)
  • picante (fuego y aire) – caliente, ligero, seco (pimientas, jengibre, ajo, cebollas)


Una comida debe contener los 6 sabores y las especias desempeñan un papel fundamental en el aporte de sabor, aparte de que ayudan el proceso digestivo.
El sistema digestivo y su buen funcionamiento es, para Ayurveda, la clave de buena salud e inmunidad. Por eso es importante seguir una rutina alimentar ajustada a la necesidad del Dosha o desequilibrio, como también adaptada a la estación del año, una vez que interfiere en el agravamiento de uno u otro Dosha. Por ejemplo, ahora mismo estamos nos despidiendo del invierno, una estación fría y húmeda, con la aproximación del Sol de nuestro hemisferio estamos más propensos a expulsar coriza, mucosidad (creados por el fío y la humedad), en estos días más calientes. Esa es una buena época para depurar el organismo y las especias picantes son bastante recomendadas, especialmente el jengibre. Al llegar el verano, con todo el calor del elemento fuego, la alimentación deberá pasar a ser más refrescante y ligera.

El mejor líquido es siempre agua, incluso para acompañar las comidas. Pero nunca fría, bajo pena de perjudicar la digestión, que es un proceso caliente.

Para finalizar, ¿nos podrías dar algún consejo que nos ayude a mantener el equilibrio energético y la salud?
Vivimos en una sociedad extremamente Vata, donde estamos expuestos a una inmensa variedad de estímulos, presiones, cambios, tenemos que hacer y pensar muchas cosas a la vez. Ese exceso de informaciones, pensamientos y emociones presentes durante años y años, nos aparta de nosotros mismos y si no nos damos cuenta dejamos de vivir y estar en el momento presente, creando fobias, frustraciones, sentimientos de superficialidad y vacío.

Buscar una reconexión es extremamente beneficioso pues ayuda a elegir mejor y estar alerta en todas las áreas (alimentar, profesional, afectivo, familiar, estudios).

Prácticas de yoga, pranayama (ejercicios respiratorios), meditación, son parte de las terapias Ayurvédicas, además de terapias espirituales que nos rescatan del mundo mecanizado, superficial y duro que encontramos fuera. Imprescindible la ayuda de un buen maestro para introducirte en estas prácticas.

Busque una rutina que contenga descanso apropiado, ejercicios, relajamiento, cuidados con la alimentación y con la mente. Eso es posible y nos ayuda a vivir con más calidad y contentamiento.

>> Para más información puedes contactar con Marisol Dy Sanchez en su blog: AyurvedicaVida, o en el email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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