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Dieta disociada :: Parte 2 - Por una alimentación consciente

Publicado en nutrición
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A continuación vamos a detallar las claves básicas de la dieta disociada, animándote a participar activamente en tu alimentación y a elegir correctamente los alimentos que que vas a ingerir, como los vas a preparar y a combinar. Es muy importante para tu salud, tu ánimo, tu aspecto y tu equilibrio energético.

Tomar conciencia de la calidad de los alimentos que ingerimos: que no estén refinados, que no lleven aditivos artificiales, que sean lo más naturales posibles, que estén frescos, que no sean transgénicos. Debemos participar en la elección de lo que comemos y cómo lo comemos, escuchando a nuestro organismo y tomando decisiones conscientes más allá del capricho o la oferta generalizada.
Por ejemplo, a pesar de que los cereales (harinas, panes, pastas...) refinados blancos nos parezcan más apetecibles o saludables, nada más lejos de la realidad. Al refinar los cereales, desaparecen la mayoría de sus nutrientes y fibra, por lo tanto los cereales que consumamos deben ser integrales para que sean realmente saludables.

Nuestra dieta deberá estar formada principalmente por vegetales, frutas frescas, crudas o poco cocinadas y cereales integrales. Lo que no quiere decir que no comamos el resto de alimentos, pero siempre en mucha menor proporción.

Prestar atención a cómo preparamos los alimentos. Las vitaminas por ejemplo se destruyen con el calor, por eso es importante tomar en cada ingesta al menos un alimento crudo, que además facilitará la digestión de los alimentos que ingiramos posteriormente. En el caso de las verduras, las debemos cocinar muy poco, y siempre que se pueda mejor comerlas crudas.

Reducir la ingesta de carnes y embutidos, ya que a pesar de ser proteínas (mucho más difíciles de digerir que las vegetales), también llevan incluidos grasas saturadas, nitratos, medicamentos residuales de la ganadería, hormonas, antibióticos, aditivos para su conservación, etc. Y además no aporta casi ningún nutriente más, ya que solo contiene vitamina B que pierde al ser cocinada, y a penas contiene fibra o sales minerales considerables. Además el exceso de carne produce ácido úrico, principal causante del reúma y otras dolencias.

Si tomamos pescados y mariscos debemos cuidar su frescura y procedencia, ya que por ejemplo los mariscos y los pescados grandes como el atún o el pez espada, acumulan gran cantidad de metales pesados, como el mercurio, así como otros tóxicos derivados de la contaminación del mar.

Debemos evitar las sustancias tóxicas para nuestro organismo o sustancias que perjudican el funcionamiento de nuestro sistema, saturándolo o atrofiándolo, como el azúcar refinado, la sal común refinada, el alcohol, las bebidas gaseosas, los pre cocinados, los aditivos (conservantes, colorantes, saborizantes, espesantes, edulcorantes, etc.). Además todo esto que mencionamos produce acidosis en nuestro organismo.
En vez de azúcar blanco refinado podemos tomar miel o melaza, pero lo mejor sin duda es la estevia (una planta que es edulcorante natural, apta para diabéticos).
En vez de la sal blanca refinada (cloro + sodio) podemos tomar sal de Himalaya, ya que además de cloro y sodio (en mucha mejor concentración que la sal refinada) contiene el resto de los oligoelementos básicos para nuestro organismo, por lo que es mucho menos perjudicial y mucho más “nutritiva”.

Los medicamentos están considerados sustancias tóxicas, que saturan nuestro hígado y sobrecargan y atrofian nuestro cuerpo, por eso siempre que podamos debemos evitarlos recurriendo a otros métodos de curación que ayuden a nuestro organismo y promuevan la salud. Por ejemplo para curar una gripe, contamos con alimentos que nos ayudarán mucho más y mejor que los medicamentos farmacéuticos: si tomamos naranjas, limón, jujube, ajo, cebolla, jengibre, llantén, equinácea, propóleo, nos curaremos mucho antes y mejor que con medicamentos, a la vez que reforzaremos nuestro organismo para que no vuelva a enfermar.

Llevar una dieta variada. Esto es vital, ya que cuando nuestro organismo se satura de un mismo grupo de nutrientes, los acumula porque se dificulta su absorción o eliminación y esta acumulación crea problemas. Por eso por muy sanos que sean los espárragos, por ejemplo, no debemos comerlos todos los días, sino que debemos variar nuestra ingesta para aportar a nuestro organismo todo el abanico de nutrientes, aminoácidos, vitaminas y oligoelementos posibles.

Combinaciones erróneas:

  • No debemos combinar carbohidratos con proteínas, ni ácidos con carbohidratos.
  • No debemos combinar diferentes grupos de proteínas (carne con pescado, huevo con pollo, leche con pavo...).
  • No combinar azúcares con carbohidratos, ya que producirá fermentación del almidón.
  • No debemos combinar los lácteos, las frutas y en especial el melón y la sandía con otros alimentos. Si tomamos un vaso de leche mejor fuera de las comidas y sin combinar, lo mismo con la fruta. Por ejemplo podemos desayunar melón, o merendar 2 melocotones y una pera, o podemos merendar un yogur o dos.
  • No debemos combinar las legumbres con proteínas. Sí con todo tipo de vegetales.
  • No debemos mezclar varios frutos secos diferentes.
  • No debemos tomar postre, de ningún tipo, pero en todo caso una manzana o una pera.

    Combinaciones saludables:
  • Podemos combinar pasta con setas, algas o verduras (tomates, calabacines, berenjenas, puerros...).
  • Podemos combinar arroz con setas, algas o verduras (zanahorias, espinacas, espárragos, tomates...)
  • Podemos tomar pan integral con aceites, tomates, aguacates o confituras.
  • Podemos combinar pescado con setas o verduras (no féculas, no patatas) o ácidos (limón).
  • Podemos combinar la carne con setas o verduras (no féculas, no patatas) o ácidos (limón).
  • Podemos combinar los huevos con setas o verduras (tortilla de espárragos, de calabacín, huevos con habas, etc).
  • Podemos combinar un tipo de fruto seco con verduras, setas y hortalizas (zanahorias con espinacas, puerros, champiñones y nueces).
  • Podemos combinar proteínas con grasas, es decir podemos aderezar el queso con aceite de oliva, o con olivas, o con nueces... o tomar pescado al horno con aceite de oliva y limón.

Ingerir suficiente fibra. Es vital evitar el estreñimiento, ya que éste problema por si mismo, es causante de infinidad de trastornos o enfermedades, además de ser síntoma de una mala alimentación. Debemos eliminar la mayor parte de sustancias de deshecho cada día, y esta evacuación debe estar equilibrada con la cantidad que ingerimos, por eso debemos aportar buena dosis de fibra a nuestro organismo, tomando vegetales crudos, frutas, semillas de lino, algas (espirulina, chlorella), cereales integrales, frutos secos (crudos, no fritos ni asados), infusiones de plantas depurativas como el diente de león o la cola de caballo, y todo ello acompañado de una buena cantidad de agua, para que la fibra pueda realizar su función depurativa.

Debemos tomar al menos 2 litros de agua al día, pero no durante las comidas, ya que esta “licuará” los jugos digestivos y hará que nuestra digestión sea más lenta y menos eficaz. Es muy beneficioso tomar agua en ayunas, o media hora antes de las comidas por ejemplo. Por otro lado, mejor si el agua es del tiempo, ni muy fría ni muy caliente, ya que esto afectará al tono muscular de nuestro aparato digestivo.

Alimentos estrella (mejor de cultivo ecológico para asegurar su pureza y salubridad):

  • Aceites vegetales puros, crudos, sin refinar y prensados en frío: por ejemplo aceite de oliva o aceite de germen de trigo.
  • Semillas de lino: las semillas de lino son muy antioxidantes, retardan el envejecimiento celular, son un aporte extraordinario de fibra y además son muy baratas.
  • Ajo crudo: el ajo está considerado como el vegetal con más propiedades beneficiosas para nuestra salud. Mantiene nuestro organismo fuerte y sano, colaborando con nuestro sistema inmunológico para evitar infecciones y otras enfermedades como las derivadas de los problemas circulatorios.
  • Algas: Si llevamos una dieta vegetariana o baja en proteínas, es muy recomendable tomar algas como la espirulina, ya que es un gran aporte de proteína de fácil digestión y fibra.
  • Cereales integrales y semillas. Entre los cereales más beneficiosos encontramos la avena, que protege nuestro sistema cardiovascular
  • Limón: es un estupendo bactericida ideal para combatir cualquier tipo de infección. Además, a pesar de su acidez, en nuestro organismo produce un efecto alcalino, por lo que viene muy bien tomar jugo de limón para combatir la acidez del pH.
  • Lecitina de soja, ideal en caso de hipertensión, menopausia, exceso de colesterol o sobrecarga hepática.
  • Brócoli y espinacas, son unos vegetales excelentes, fuente de múltiples vitaminas y oligoelementos (siempre que se consuman crudos o poco cocinados). Además son muy antioxidantes, sobre todo el brócoli.
  • Vitamina C: La acerola es un fruto con mucha más vitamina C que la naranja, también el jujube (un tipo de dátil). Los alimentos ricos en vitamina C nos aseguran un sistema inmunológico fuerte.
  • Antioxidantes: El acai, las semillas de goji, la granada, el mango, el aguacate, los arándanos, los pimientos o el brócoli son alimentos muy antioxidantes, lo que significa que nos mantendrán lejos del envejecimiento y el deterioro celular, y por lo tanto nos mantendrán sanos.
  • Depurativos: la piña es una fruta muy recomendable sobre todo para ayudar a digerir proteínas (carnes, pescados..). Además es una fruta muy depurativa. También las algas, la cola de caballo, el diente de león, los arándanos, la alcachofa, el aloe vera o la vid roja son vegetales muy depurativos que ayudan a nuestro organismo a eliminar lo que le sobra.
  • Cardo mariano, que ayuda a nuestro hígado a depurar el organismo eliminando tóxicos y equilibrando la grasa corporal.

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